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Start-up, ¿la hora del crack?

El ecosistema emprendedor debate si la sobrevaluación de empresas está llevando al sistema hacia un callejón con pocas salidas.
mar 11 octubre 2016 06:00 AM
La burbuja emprendedora en el país
La burbuja emprendedora en el país comenzó desde la creación de fondos de inversión de capital semilla por parte del Inadem, dicen expertos en el ecosistema.

Nota del editor: Esta es una versión actualizada al 22 de noviembre de la información publicada originalmente el 11 de octubre.

Los unicornios conquistaron Estados Unidos. En los últimos tres años, emprendedores del norte fundaron casi 100 start-ups con una valuación superior a 1,000 millones de dólares (mdd). Empresas como Uber, Udacity y Buzzfeed forman parte de este listado valuado en más de 300,000 mdd, según la consultora CB Insights en Nueva York.

El club de los unicornios fue sinónimo de éxito hasta inicios de 2016, cuando los focos rojos del ecosistema emprendedor estadounidense se encendieron. La razón: las valuaciones de 45 de las empresas de la lista comenzaron a bajar. Square, compañía de servicios financieros, pasó de 6,000 mdd a 1,670 millones, de acuerdo con CB Insights. Mientras que Foursquare, que ofrece servicios de geolocalización, cayó de 600 a 250 mdd. Y los casos de unicornios heridos se repiten una y otra vez.

La alerta de los ajustes a la baja llegó, incluso, a México. Desde principios de 2016, las conversaciones entre emprendedores, inversionistas y académicos se enfocaron en la posibilidad de que exista una burbuja financiera que provoca una inflación acelerada de las valuaciones de las start-ups.

Mientras, en el país se debate si la causa de estas sobrevaluaciones son los inversionistas sin experiencia que, movidos por la ambición y la euforia, apuestan por los mismos negocios e invierten a pesar de las valuaciones irreales.

Lee: Cómo elegir en qué start-up invertir

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Algunos medios de comunicación, por su parte, lanzan pronósticos sobre el momento en que la burbuja explotará y los inversionistas perderán la confianza en el sector, que traerá como consecuencia la desaparición de muchos negocios, tal y como sucedió en 2000, al finalizar el torbellino de las empresas puntocom.

Las posturas de la comunidad emprendedora mexicana varían. Por un lado, hay quienes aseguran que el ecosistema emprendedor mexicano ya está inmerso en una burbuja que explotará en los próximos años. Su argumento es que existe una sobreoferta de capital disponible para invertir, pero no hay suficientes proyectos atractivos, lo que provoca que las oportunidades de negocio con verdadero potencial de crecimiento se saturen y la valuación alcance niveles irreales.

“A lo mejor, la burbuja truena a finales de 2018 o en el sexenio que sigue, pero realmente los números ya rebasaron la capacidad de este mercado”, estima Luis Aguirre-Torres, fundador del programa de aceleración de empresas Cleantech Challenge Mexico y CEO de la firma de inteligencia de mercado GreenMomentum.

Por otro, están aquellos que descartan la posibilidad porque no hay capital para alcanzar las valuaciones infladas de Estados Unidos. “Ojalá hubiera una burbuja, porque todavía ni siquiera hay suficiente dinero para crearla”, apunta Roberto Charvel, académico de la Universidad de Harvard e inversionista de empresas en etapas tempranas.

Riesgo inminente

Para Luis Aguirre-Torres y Ramón Scott, exdirector de Innovación de la Secretaría de Economía y Chief Strategy Officer en Latam Business School, la burbuja del ecosistema emprendedor mexicano comenzó desde la creación de fondos de inversión de capital semilla por parte del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).

En 2013, cuando la oferta de apoyo comenzaba a generarse y sólo había 17 fondos de capital emprendedor en México, el Inadem creó el Programa de Desarrollo del Ecosistema de Capital Emprendedor para fomentar la creación de fondos de inversión para el sector.

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A través de un esquema de coinversión, el organismo gubernamental aporta hasta 49% del capital de un fondo y los inversionistas privados contribuyen con el resto.

De acuerdo con Adriana Tortajada, directora general de Programas a Emprendedores y Financiamiento del Inadem, el resultado de esta iniciativa ha sido la creación de 36 fondos de inversión, en los que el gobierno ha aportado 1,523.4 millones de pesos (mdp) y la parte privada, 2,456.7 millones. La inversión conjunta total es de 3,980.1 mdp, que se traducirá en la inversión directa de alrededor de 450 empresas de alto impacto.

“Hace tres años, se pensaba que faltaba capital semilla, por eso apostaron a desarrollar esta industria en México”, considera Scott. “Pero hoy existe mucha oferta de dinero y pocos emprendimientos verdaderamente atractivos para invertir, entonces se infla la valuación de las empresas y eso es una burbuja”.

El exdirector de Innovación de la SE afirma que una evidencia de la burbuja son los proyectos que, al ser aceptados en una incubadora o aceleradora, reciben hasta 50,000 dólares de financiamiento y 50,000 dólares en especie a cambio de 10% de la participación de la empresa.

“Eso significa que cada empresa está valuada, ya de entrada y algunas sin vender un solo peso, en 1 millón de dólares cuando en realidad no cuestan ni 300,000 pesos”, agrega.

Respecto de empresas específicas que son una evidencia clara de la burbuja, Scott menciona Kiwilimon, comunidad virtual de recetas en español. “La empresa la valuaban en más de 2 millones de dólares y hoy es un blog que no vale ni 500,000 dólares”.

Carlos Lieja, CEO de Kiwilimon, niega que la valuación de la start-up haya caído. "En 2016, a los cuatro años de la única inyección de capital que hemos recibido, la empresa está cerrando decenas de millones de pesos en ventas", asegura. "Es una compañía que es positiva en flujo y somos líderes en la categoría en la que competimos".

A la lista de evidencias de la tendencia, Aguirre-Torres agrega dos más: Carrot, empresa de autos compartidos, y Skyalert, plataforma de alertas de sismos que en marzo de este año recibió el Premio Nacional del Emprendedor en la categoría Emprendimiento de Alto Impacto. “La primera está sobrevaluada porque lo que buscan sus inversionistas principales es una estrategia de salida que no han logrado encontrar. Mientras que Sky-alert es una app que no va a generar empleos y que no va distribuir la riqueza”.

Cualquier nuevo mercado, durante su etapa de creación, pasa por un periodo de formación, uno de crecimiento, uno de hiperinflación y uno de saturación. Igual ocurre en el ecosistema emprendedor. Según Aguirre-Torres, el entorno de emprendimiento en el país estaba en pleno periodo de formación cuando el Inadem decidió inyectarle capital. “Aceleraron la etapa de crecimiento y llegaron directamente a la etapa de hiperinflación”, detalla.

La consecuencia de esta aceleración es que, de un momento a otro, el ecosistema tuvo una oferta gigantesca de incubadoras, aceleradoras, oficinas de transferencia tecnológica y fondos de capital privado.“El resultado de más oferta que demanda es una burbuja que va a tronar completamente”.

Los analistas coinciden en que, si la burbuja revienta, los fondos con pocos recursos y sin retornos de inversión serán los primeros que desaparecerán. Los segundos serán las aceleradoras e incubadoras y, al final, los emprendedores menos productivos.

Mario Romero, director del hub de emprendimiento Startup México, afirma que sólo los mejores programas van a sobrevivir. “Las burbujas pueden generar un efecto dominó casi imposible de parar una vez que inició”, dice Jorge Ortiz, profesor del Departamento Académico de Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México.

¿Sólo en la imaginación?

Otros consideran que no existiría tal fenómeno económico, por tres motivos: el primero, porque el capital disponible no es suficiente para generar sobrevaluaciones. “Somos un ecosistema emergente y en fase de crecimiento que no tiene el grado de madurez que hay en EU”, explica Enrique Jacob, presidente del Inadem.

El segundo motivo es que para crear empresas con una valuación de 1 mdd, los emprendedores tendrían que levantar entre cinco y seis rondas de capital, algo casi imposible porque la oferta de fondos para invertir después del capital semilla es muy limitada, asegura Roberto Charvel.

Otro de los factores que se producen en una incipiente burbuja son las rápidas y constantes salidas de capital: inversionistas que, en dos o tres años, venden las empresas a un competidor estratégico o las sacan a Bolsa con altas valuaciones. Vincent Speranza, director de Endeavor México, y Eduardo Mapes, director del fondo Northgate Capital, coinciden en que esto no sucede en el país.

Por su parte, los inversionistas, emprendedores, funcionarios y académicos apuestan por seguir adelante hasta que el ecosistema lo permita.

Los especialistas señalan los pasos a dar:

Éstas son las recomendaciones para impulsar el sector emprendedor.

1. Implementar incentivos fiscales para que los corporativos inviertan en empresas en etapas tempranas y generen oportunidades de mercado.

2. Regular la asignación de recursos y promover medidas para que industrias como la energética incorporen a su cadena de proveeduría empresas en etapas tempranas apoyadas por el gobierno.

3. Generar un mecanismo que promueva, facilite y acelere la innovación
en el país.

Nota del editor: Este reportaje se publicó en la revista Expansión 1192.

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