Guillermo Cruz, un millennial que te acerca a la serie A con su arma secreta
Cuando un emprendimiento está listo para levantar una ronda de inversión de hasta 2 millones de dólares (capital serie A), existe un arma secreta que va más allá de evidenciar los jugosos ingresos que ya genera y que puede abrir aún más los ojos de cualquier inversionista: el gobierno corporativo.
Lo malo, la mayoría de las empresas en etapas tempranas en México no busca o no tiene tiempo de institucionalizarse por enfocarse en mantener a flote el barco, asegura Guillermo Cruz, un joven de 24 años, experto en institucionalización empresarial que busca acabar con este problema a través del fondo de inversión GC Capital Investments.
La tesis del fondo de capital de riesgo, constituido por Cruz en 2014, es simple. Cualquier emprendedor puede acceder a una fracción de los 92 millones de pesos de la bolsa que recién estrenó en diciembre, siempre y cuando, además de una participación accionaria, esté dispuesto a llevar un programa "intensivo" de gobierno corporativo, que a su vez le facilite el acceso a mayor capital a corto plazo.
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Para ello, el inversionista desarrolló la metodología 6G, que abarca seis de los puntos más importantes en el proceso de institucionalización de una empresa: planeación estratégica, formación de consejos/comités, administración de riesgo, protocolos, modelo legal y diagnóstico de oportunidades.
“Nada más atractivo para un inversionista en serie A o B que encontrarse con una empresa que, además de traer revenue positivo, esté educada en temas de gobierno corporativo, ya que no hay más trabajo por hacer”, dice Cruz.
Otro de los beneficios, agrega, va directo al emprendedor, pues tal estructura le significa recibir automáticamente más capital por menos equity, es decir, sin sacrificar una significativa participación accionaria.
Sin embargo, el reto de un ejercicio así, principalmente con pymes , es el de no estorbar al emprendedor y burocratizar sus decisiones. Pero Cruz señala que la fórmula está diseñada para no quitarle capacidad de reacción.
Inspiración estadounidense
La idea de conjuntar la fórmula ‘inversión a cambio de gobierno corporativo’ está inspirada en el modelo del fondo de inversión estadounidense de capital privado Bain Capital, creado, entre otros socios, por el ex candidato presidencial Mitt Romney y Bill Bain, fundador de la consultora Bain & Company.
Esta última, al ser experta en institucionalización, hace lo que Cruz quiere replicar en México con más de 100 empresas y 11 bolsas levantadas. Esto, en colaboración con Grupo GIS, la consultora que fundó su padre y que ha “educado” a más de 350 empresas desde 2008, con resultados de hasta 27% de crecimiento anual promedio, compras o salidas a Bolsa.
“No conozco otro fondo en el país que esté haciendo lo que nosotros queremos, porque el gobierno corporativo no es sencillo”, afirma Cruz.
Para el managing partner de Dalus Capital, Diego Serebrisky , sí es común que los fondos que invierten en etapas menos riesgosas ayuden a los emprendedores con este tema a través de los propios inversionistas, abogados o auditores, pero no en una etapa semilla.
“El gobierno corporativo se trata de hacerlo poco a poco. Pero apostar por este con una empresa aún en etapas tempranas puede ser riesgoso, porque no se sabe si va a funcionar”, considera Serebrisky.
Al respecto, Cruz añade que lo que asegura el éxito de la implementación de este en etapas tempranas es el respaldo de GIS. “Tenemos ya 120 consultores disponibles, la experiencia e infraestructura para hacerlo”.
Modelo a prueba
Como cualquier otro emprendedor, Cruz sabe que debe probar su tesis con una bolsa chica y una primera inversión. Esa es Rocket.la, una plataforma fintech que a través de algoritmos reduce la tasa de negación de productos crediticios que ofrecen los bancos a los usuarios.
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“Lo que (Cruz) sabe de gobierno corporativo puede ayudar a escalar la compañía más rápido y acceder a mayores inversiones”, agrega el fundador Daniel Rojas, quien cerró el trato el 19 de diciembre a cambio de 400,000 dólares (capital semilla) con una nota convertible a serie A en los próximos años por 10 millones de pesos más.
Cruz estima que la startup se profesionalizará en cinco meses con impactos directos en sus estados financieros. Esto, contra los seis a ocho meses que tarda una empresa pequeña o mediana normalmente, o el año y medio que una grande se institucionaliza para salir a Bolsa, como fue el caso de Chedraui con Grupo GIS.
Una vez comprobado el éxito con Rocket.la y otras empresas en los próximos dos años, Cruz quiere triplicar la bolsa del fondo a 400 millones de pesos para después conseguir su siguiente bolsa a través de un Certificado de Capital de Desarrollo (CKD) , un instrumento bursátil que le permite a este tipo de fondos captar recursos de las Afores.
A través de GC Capital, el inversionista quiere incitar a los emprendedores a no pensar en temas de gobierno corporativo hasta que sea necesario. “Es un tema que les va a agregar valor y que pronto se traducirá en crecimiento, protección y sobre todo, dinero”, afirma.
Mientras cumple el objetivo, Cruz ya trabaja desde enero en seguir demostrando su tesis con la búsqueda de más compañías que necesiten capital y que, al igual que Rocket.la, estén dispuestas a dejarse “educar”.