Teresa González: De emprendedora social a la ONU
Teresa González aprendió de emprendimiento social “a lo salvaje”, dice, cuando hace 15 años no era común crear negocios que más allá del lucro aportaran al bien económico y cultural de la población.
Con 16 años comenzó a involucrarse en brigadas de apoyo en el desierto de Coahuila y diseñó un modelo de reingeniería social para prevenir adicciones, violencia y crimen, que llamó Fundación Qohélet.
Una década más tarde, fundó Litro de Luz México, asociación civil que convierte botellas de PET en lámparas solares y las instala en comunidades que no tienen acceso a la electricidad.
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En 2016, González delegó ambas iniciativas a su socio Benjamín Córdova. Desde entonces, trabaja en Washington para el Young Americas Business Trust de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Su labor: desarrollar estrategias que fomenten el emprendimiento juvenil en América Latina y el Caribe.
Ese mismo año fue elegida, de entre 18,000 candidatos, como una de las 17 integrantes de la primera generación de Jóvenes Líderes de la ONU. Es la única mexicana y, desde su posición, tiene el reto de contribuir durante 2017 al cumplimiento de los 17 objetivos de desarrollo sostenible para poner fin a los desafíos mundiales, como la pobreza y el cambio climático.
“Ha sido increíble ver su evolución. Pasó de ser una empresaria social a multiplicar ese impacto desde organizaciones internacionales”, dice Noa Gafni, CEO de la consultora de impacto social Impact Squared. “No puedo esperar a conocer su siguiente paso”.
Edad: 30 años
Estudios : Comunicación en el Tec de Monterrey y maestría en Ingeniería Cultural en la Universidad Europea de Madrid.
Vive en: Washington, DC.
Sector: Emprendimiento.