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Livana, el azúcar que no mata (ni engorda)

Después de dos años de investigación, Pedro Magaña y Moisés Medina produjeron un endulzante sin glucosa, una alternativa real al azúcar para las personas con diabetes.
vie 13 octubre 2017 06:00 AM
Saludable.
Saludable. El endulzante, producido por Pedro Magaña (director de Innovación) y Moisés Medina (CEO), está avalado por la Asociación Mexicana de Diabetes. (Foto: Edgar Covarrubias)

En 2013, Moisés Medina le dijo a una maestra de su carrera de ingeniería industrial que quería producir eritritol, un endulzante presente en las frutas que, frente a otros, como la estevia, no aporta glucosa a la sangre. “Se empezó a reír de mí”, cuenta el veracruzano.

Conseguir el birreactor para generarlo costaba 2 millones de pesos y sólo se producía en Francia, Chile y Estados Unidos. Sin embargo, esto no lo detuvo.

Medina quería crear un sustituto del azúcar tras darse cuenta de que su madre, con diabetes, consumía hasta ocho sobres diarios de los principales edulcorantes del mercado cuyas sustancias, dextrosa o estevia, daban un índice glucémico –cantidad de glucosa que genera un alimento en la sangre– de 60 a 100.

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“(Es) más del doble de lo necesario. Una persona requiere de 0 a 30”, explica Pedro Magaña, entonces estudiante de Biotecnología, quien le ayudó a concluir que el eritritol podría tener un “impacto en la salud de los mexicanos”.

Los siguientes dos años experimentaron en un laboratorio de la Universidad Tecnológica de Tecamachalco, Puebla, para procesarlo mediante la fermentación.

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Medina y Magaña improvisaron con un garrafón. Luego, con maquinaria prestada, hasta que, en diciembre de 2015, obtuvieron un polvo 70% tan dulce como el azúcar, que aporta sólo 0.2 calorías y que empacaron en sobres de un gramo cada uno, bajo la marca Livana.

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El primer año pasaron de generar 600,000 a tres millones de sobres al mes. El garrafón pronto fue suplantado por un biorreactor y una planta de 400 m2 en Puebla, que consiguieron con apoyo de cuatro inversionistas ángeles que aportaron un total de 8 millones de pesos.

Iniciaron la venta en cafeterías, restaurantes locales y tiendas orgánicas. Desde febrero de este año, el producto se encuentra en más de 800 puntos de venta de 12 cadenas de supermercado, como Soriana, Chedraui y Comercial Mexicana, en 50 ciudades. El Hospital Puebla y la red de Hospitales Ángeles también le compran.

“Es una empresa con un crecimiento acelerado, pero el reto es fidelizar a los clientes”, dice Fernando Aviña, director comercial de Livana quien, tras 25 años en compañías como Mars y Ferrero, decidió ayudar a los emprendedores a posicionarse en el anaquel.

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Existen marcas que comercializan sustitutos del azúcar con eritritol, como Swerve, en Estados Unidos, y Truvía, de la multinacional Cargill. En México no hay ninguna que oferte un producto similar, asegura Medina, quien ya tramitó la patente de la fórmula.

Actualmente, Livana importa la materia prima para elaborar el producto, sin embargo, busca iniciar en el largo plazo su propia línea de producción de eritritol para bajar sus costos. En 2018 planea expandirse a Estados Unidos y Centroamérica.

Nota del editor: Esta nota fue publicada originalmente en la edición 1219 de la revista Expansión.

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