Humor para enamorar a inversionistas
En la noche más importante para su negocio, los nervios traicionaron a Felipe Samario. En su primera competencia nacional para obtener un millón de dólares para su empresa Indecolor, fabricante de pintura a partir de unicel, el emprendedor comentó lo complicado que era trabajar con su hermana en la compañía, lo que hizo reír al público, pero que molestó a una integrante del jurado, quien lo reprendió en público por considerar que era un comentario machista.
“Todavía se burlan de mí por eso”, comenta entre risas el ingeniero industrial. Su comentario -producto de los nervios, afirma- poco afectó el resultado negativo de la contienda, como le hizo ver más tarde la jurado, pero dejó al emprendedor una lección: con los chistes y los inversionistas, hay que tener cuidado.
Expertos consultados sostienen que el humor, como los puentes, crea vínculos y aumenta la confianza, por lo que recomiendan a los emprendedores tenerlo presente en la mesa de negociación. “Cuando tienes confianza en tu producto y en lo que estás diciendo, puedes decir una broma, eso te ayuda a romper el hielo y relajar el ambiente”, dice Jana Boltvinik, socia directora del fondo de inversión Capital Invent.
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Pero hay que tener cuidado en no restar seriedad a la conversación, advierte Fabrice Serfati, socio de Ignia, un fondo con más de 50 millones de dólares invertidos en una veintena de start-ups . El emprendedor debe tener las respuestas articuladas a las preguntas que les hacen los inversionistas y quitarse el miedo de dar información de más, porque eso quita profundidad a sus respuestas, señala el experto. “Cuando analizamos un negocio por primera vez, queremos saber qué tanto entiende –el emprendedor- del rubro que está viniendo a pitchear”, subraya.
Qué hacer y dónde no adentrarse
Gloria Rodríguez utiliza desde hace 10 años el humor para ganarse la vida. La comediante recuerda que la verdad es la base sobre la que se construye el chiste, por lo que no se debe mentir o crear situaciones ficticias para provocar la risa.
El humor, agrega, se debe usar no sólo al inicio del pitch, sino en los momentos que hay tensión, ya sea porque son temas nuevos o delicados. “No se dicen las cosas importantes con un chiste, hago éste para relajar el ambiente y, entonces, ya puedo decir estas cosas, porque la gente está más dispuesta a escuchar”, enfatiza.
Para el comediante standupero Isaac Salame, el humor es una herramienta para comunicar de manera efectiva. Por esa razón, entre sus estudiantes del comediante de Casa Azul, de Grupo Argos, se encuentran ejecutivos de compañías como Nestlé, Bimbo y Bepensa (Caribe Cooler), quienes quieren introducir el humor en las presentaciones con el personal.
Lanzar un chiste, indica, es cosa de elegir bien el momento y la risa que genera es necesaria para liberar la tensión en una conversación. Coincide con Rodríguez en que, además de buen gusto, el humor debe hacerse tomando como base uno mismo, sin señalar a los demás.
“Usar la propia experiencia o burlarse de los defectos personales es una fórmula de equilibrio que pone de relieve la capacidad de reírse y sobreponerse a las fallas”, comenta Rodríguez.
Ésa es parte de la lección que aprendió Felipe Sámano la noche en la compitió por un millón de dólares. La otra parte, es poner las cosas en contexto.
“Mi hermana sí es muy complicada, pero debí decir que gracias a que es ordenada, el negocio no ha quebrado. Este mundo emprendedor nos permite ser nosotros mismos, pero en temas delicados –manejados con humor- hay que tener cuidado con el contexto”, concluye Samario.