San Francisco quiere atraer más start-ups de América Latina
Dos de cada 10 empresas latinas en Estados Unidos operan en el estado de California, según la Universidad Stanford. Pero todavía hay regiones de la entidad -como la bahía de San Francisco- poco exploradas por la comunidad de América Latina, afirma Jolynn Vallejo, directora de LatinSF, una iniciativa enfocada en llevar compañías latinoamericanas a la región para mantener la diversidad cultural y revertir la salida de talento.
“Empresas como Google, Airbnb y otras de tecnología han traído personal de otros países que no son latinos y, al final, los latinos se han ido a otras ciudades, como Texas, Kentucky o Nueva Jersey”, explica Vallejo.
Desde su creación en 2014, LatinSF ha ayudado a que 14 empresas de América Latina, cinco de ellas de México -BuildBinder, Cala, Maniak, Machina y Tresalia-, abran oficinas en San Francisco, lo que significa estar más cerca de inversionistas, talento e innovación. “Hemos traído 6.5 millones de dólares de inversión latinoamericana y se han creado 193 empleos a la fecha”, detalla la directiva.
Es un avance, reconoce la especialista, pero la meta es más ambiciosa: quiere demostrar que San Francisco es más que restaurantes y empresas de limpieza, que son los negocios latinos más comunes en esa ciudad. La iniciativa tiene la mirada puesta en atraer compañías que desarrollan tecnología, firmas de diseño de modas, start-ups fintech y grandes manufactureras.
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“Somos una ciudad global para China y toda Asia. En cambio, para las empresas latinas, somos la tercera o cuarta en importancia -dice Vallejo-. Queremos ser la número uno y, a partir de eso, conectar los ecosistemas”.
Un aterrizaje suave
Desde febrero de 2018, cuando tomó la dirección de LatinSF, Vallejo ha recorrido varios países de América Latina invitando a las start-ups a establecerse en Silicon Valley. “La alcaldía paga mi salario", señala. "Los viajes y eventos los hacemos mediante patrocinios y tenemos un networking bastante grande”.
Cuando las start-ups deciden ir a San Francisco, el organismo les ayuda de forma gratuita para que abran sus oficinas en aceleradoras o coworkings. Además, mediante las alianzas que tiene establecidas, les proporciona apoyo para conseguir abogados, contadores y otros servicios necesarios para la operación.
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“Un escritorio en un coworking cuesta de 650 dólares a 1,600 dólares en Silicon Valley, nosotros tenemos convenios por 300 dólares”, comenta Vallejo. La iniciativa está en conversaciones con los dueños de espacios de trabajo colaborativos para obtener un precio similar al que los emprendedores pagan en sus países de origen, a fin de que éste no sea un factor que los inhiba a operar en San Francisco.
“También estamos buscando acuerdos con grandes empresas para ofrecerles vivienda", revela. Aunque no menciona cuáles son las firmas con las que está en negociaciones, la directora de la iniciativa adelanta que trabajan para crear una 'casa-hub' para que vivan ahí los emprendedores latinoamericanos.
El servicio de apoyo para entrar al mercado extranjero incluye también el contacto con inversionistas dispuestos a invertir hasta un millón de dólares en una start-up. En 2017, Estados Unidos captó cerca de 83,000 millones de dólares de inversión en venture capital, de acuerdo con datos de la firma Pitchbook. “Y en toda la región de América Latina no llegamos ni al 2% de ese total”, expone Vallejo.
El networking es otro apoyo importante, reconoce Miguel Ángel Velarde, fundador de la start-up jalisciense Thincrs. En abril, su empresa de capacitación y reclutamiento de talento tecnológico fue admitida en el programa de aceleración de Balero y GSVLabs en Silicon Valley, donde entró en contacto con LatinSF.
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“Hacer networking en Silicon Valley es muy complicado porque no es una comunidad tan abierta, así que esta clase de apoyo es de gran ayuda”, dice el emprendedor, cuya empresa fundada en 2016 ha entrenado con cursos de programación a más de 400 jóvenes y los ha insertado en compañías como Intel, Oracle e IBM.
Vallejo asegura que trabaja para que el valor que ofrece LatinSF sea mayor. Con representantes de siete países de América Latina, entre ellos México y Brasil, crearán un frente común que conecte a start-ups locales con otros mercados mediante el apoyo de sus organismos hermanos ChinaSF y SFAsia. “Al unirnos también podemos vendernos como una sola región ante inversionistas”, dice Vallejo.