La reducción de ISR en salidas a Bolsa impulsará la industria de capital privado
CIUDAD DE MÉXICO (Expansión). Hasta hace unos días, las empresas que acudían a la Bolsa para vender sus acciones pagaban una tasa hasta de 35% de Impuesto Sobre la Renta (ISR) por las ganancias de la emisión. Esto cambió a partir del martes 8 de enero. El gobierno federal propuso reducir esa tasa a 10% para emisiones a través de una Oferta Pública Inicial. La medida, consideran especialistas consultados, ayudará a emparejar el piso para la industria de capital privado y a diversificar las opciones de salida de los fondos.
“Es una batalla bien ganada para el sector porque lo pone en igualdad de condiciones”, dice Liliana Reyes, directora general de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap). Mientras la empresa o el fondo que vendía su participación en la Bolsa debía pagar hasta 35% de ISR, un inversionista individual -mexicano o extranjero- que compraba acciones pagaba sólo 10%. “Esto desincentivó a que las empresas vieran en la Bolsa una opción de financiamiento, porque era más caro que una salida estratégica o la compra de acciones entre particulares”, agrega la especialista.
También puso en desventaja a las Bolsas locales frente a las de otros países. “Para cualquier inversionista institucional, el gravamen era más alto en México comparado con otros mercados, donde las tasas eran menores –hasta de 19%- o incluso exenciones”, indica Fernando Lelo de Larrea, managing partner del fondo ALLVP.
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De acuerdo con los expertos, el estímulo anunciado por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) recompensa al inversionista por utilizar la Bolsa de valores. “Si antes ganabas 100 pesos, pagabas 35 al fisco. Ahora te quedas con 90 pesos y pagas 10”, explica Álvaro Rodríguez, cofundador y managing partner del fondo Ignia.
El beneficio es tanto para el inversionistas como para la compañía. “Quien ha invertido en una empresa puede listarla en la Bolsa para obtener una ganancia neta más alta que si la vende a un tercero”, expone Erik Wallsten, managing partner del fondo Adobe Capital. Diego Serebriskry, cofundador y managing partner del fondo Dalus Capital, considera que también es un incentivo para que más inversionistas apoyen a ese tipo de compañías.
El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación establece que el incentivo se otorgará en los ejercicios fiscales 2019, 2020 y 2021 a contribuyentes que al menos 20% de sus acciones hayan sido adquiridas por un fideicomiso de inversión en capital de riesgo. María Ariza, directora de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), dijo a Expansión en julio de 2018 que había 1,200 compañías con financiamiento de capital privado. Esas empresas están abiertas a revisión, supervisión e institucionalización. De ese total, 50 podrían listarse en la Bolsa, estimó la ejecutiva.
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Sin embargo, los entrevistados consideran que hará falta educar a las empresas sobre los beneficios de estar en la Bolsa e ir cambiando el perfil conservador del inversionista mexicano hacia otro que asuma más riesgos. Además, habrá que continuar impulsando una regulación que incentive la inversión de riesgo.
“Eso provocará que haya más capital disponible para start-ups y que las empresas que tengan mejores resultados levanten más capital para continuar alimentando su crecimiento”, comenta Serebriskry. Listarse en la Bolsa también tendrá que ser más sencillo. “En el ecosistema hay varias empresas listas para debutar, pero a montos y lineamientos más accesibles de los que hay ahora”, agrega Wallsten.
Aunque todavía tomará un tipo para el ecosistema emprendedor vea salidas en la Bolsa. “Tomará el resto de este año para que los inversionistas se sientan cómodos con el rumbo que tome la actual administración federal, creo que será hasta 2020 cuando empecemos a ver movimiento”, estima el directivo de Adobe Capital.