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Las muñecas de Vainilla: cuando tu hobby es un negocio

Las muñecas de la firma Vainilla se venden en casi una decena de países, sobre todo a través de las redes sociales.
sáb 01 junio 2019 08:02 AM
Vainilla
Vainilla es una empresa que fabrica muñecas de tela con vestidos regionales de México. Ya se venden en una decena de países.

A los 44 años, Patricia Aguayo sigue jugando con muñecas, pero, desde 2015, ese hobby también se convirtió en un negocio. Sus muñecas artesanales, hechas de tela y pintadas a mano, hoy se venden en mercados tan diversos como Estados Unidos, Alemania, Argentina, Gran Bretaña, Chile, Holanda y Colombia.

Todo comenzó en forma casi involuntaria hace cuatro años. Hasta entonces, Aguayo se dedicaba a la preparación de mesas de dulces para bodas y bautizos. Como elemento de decoración de esas mesas, agregaba algunas de las muñecas que fabricaba como pasatiempo personal. “Los asistentes a esos eventos comenzaron a pedirme muñecas, y empecé a subir fotos a mi Facebook”, recuerda. “Al tiempo, comencé a recibir pedidos de todo el mundo, sobre todo, de mujeres mexicanas que querían tener un pedazo del país a la distancia”.

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Con el crecimiento de la demanda, en 2015, Aguayo decidió dejar los eventos y fundó la firma Vainilla Muñecas y Accesorios. Aunque ya produce unas 750 muñecas al año, la elaboración continúa siendo artesanal. De hecho, buena parte de los clientes solicitan muñecas personalizadas. “Me envían fotos de las personas y las hago tal cual: si usan lentes, les pongo sus lentes; si tienen tatuajes, también los pinto, todo a mano”, comenta. El precio oscila entre 500 y 1,100 pesos.

Patricia Aguayo
Patricia Aguayo es la fundadora de Vainilla.

La mayoría de las ventas se concreta por redes sociales, pero las muñecas también llegaron a las tiendas: Vainilla se convirtió, el año pasado, en proveedor de La Casa Frida, que comercializa productos de diseño mexicano en San Antonio, Texas. “Decidimos elegir a Vainilla Muñecas por su originalidad, calidad del producto y, sobre todo, por la atención al detalle que Patty le da a cada una de sus creaciones”, dice Ruby Hernández, una de las propietarias de la Casa Frida. “Vainilla posee el potencial para promover el folclor mexicano en mercados de Estados Unidos y Europa”.

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Este año, Vainilla también colocó sus productos en dos tiendas de la Ciudad de México y Monterrey. Pero el crecimiento del negocio no aleja a Aguayo de su esencia. “El objetivo es que la facturación de este año duplique la de 2018”, dice. “Pero no queremos crecer sin poder cumplir: mis muñecas, aunque sean muchas, deberán seguir siendo un producto artesanal”.

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