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¿Debe la industria automotriz en México temer a Trump?

La amenaza de cobrar un arancel de 35% a los autos fabricados en México es una estrategia para atraer votos que podría causar pérdidas en la industria.
mar 20 septiembre 2016 06:01 AM
automotriz
automotriz En sus discursos, el candidato republicano promete regresar a Estados Unidos los empleos que las automotrices estadounidenses han llevado a México (Foto: Marc Fauche)

Donald Trump ha amenazado con cobrar un arancel de 35% por cada auto proveniente de México. Este discurso ha generado temor entre los empresarios del sector, pero es bastante popular entre algunos segmentos de la población estadounidense a los que Trump quiere llevar a las urnas.

La clase trabajadora estadounidense representa 49.9% de la población de ese país, según un reporte de Pew Research Center, y está compuesta por ciudadanos estadounidenses, pero también por inmigrantes, tanto residentes como ilegales. “Sin embargo, los primeros son los que pueden votar”, dice Ricardo Núñez, directivo de C2C, empresa basada en Michigan que da asesoría a inversionistas estadounidenses para llegar a México.

Para atraer estos votos, Trump apela a uno de los mayores miedos que puede tener esa clase trabajadora: el desempleo. El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos ha adoptado una línea dura contra México, exhibiéndolo como el destino al cual se están yendo las fuentes de empleo.

“Las empresas han enviado los empleos a México”, dijo Trump durante un discurso pronunciado en agosto en el Club Económico de Detroit, la ciudad automotriz que se declaró en bancarrota en 2013, cuando las armadoras empezaron a cerrar plantas para trasladarlas a mercados de bajos costo, como México.

Pero este fenómeno no es nuevo.

Inició hace 30 años. Desde entonces, según un estudio de la fundación Friedrich Ebert México, Ford, General Motors y Chrysler programaron y ejecutaron 69 cierres de plantas en Estados Unidos: pasaron de tener 56 fábricas de ensamble en 18 entidades de Estados Unidos, en 1980, a 19 concentradas en ocho entidades en 2010. En contraste, las firmas estadounidenses prácticamente duplicaron su operación en México.

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La semana pasada, Trump prometió imponer un impuesto del 35% sobre los vehículos fabricados en México que entren a Estados Unidos. Esto ocurrió después, después de que un ejecutivo de Ford mencionara en una conferencia con inversionistas los planes de la empresa para llevar sus vehículos pequeños a México.

“Ellos creen que se van a salir con la suya en esto", dijo Trump. "Pero cuando ese carro atraviese la frontera hacia nuestro país, que ahora lo hace gratis, les vamos a cobrar a ellos un impuesto del 35%. Y sabemos qué pasará entonces, ellos nunca querrán irse”, añadió.

¿Es viable el plan de Trump?

A la par que Trump arremete contra México, promete aumentar el crecimiento económico mediante la reducción del déficit comercial de Estados Unidos con sus socios comerciales, imponiendo aranceles sobre las mercancías importadas de esos países.

Si bien Trump ha ganado adeptos con este discurso, algunos especialistas advierten que una guerra de tarifas podría empujar a Estados Unidos y a gran parte del mundo a una recesión. “No estoy seguro de que los consumidores estadounidenses estén dispuestos a pagar más por un producto, cuando ya vivieron 20 años en condiciones de libre comercio”, dijo Manuel Padrón, Coordinador Nacional de Comercio Exterior y miembro del Comité de Dirección del Grupo Global de la Industria Automotriz del despacho legal Baker & McKenzie.

En el caso de los autos, las amenazas de Trump llegan en un momento en que las armadoras buscan nuevas estrategias para vender sus vehículos a una nueva generación de consumidores, los millennials, que ya no quiere comprar autos, pues prefiere utilizar servicios de transporte como Uber.

“Agregar un arancel, encarecería los autos y desincentivaría más la compra. Las empresas están preocupadas por ello”, dijo Núñez.

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