'Tortilleros' le dan la vuelta al mundo
En 1987, en San Diego, California, surgió un negocio de carnitas y comida mexicana que, más tarde, lograría convertirse en una exitosa fábrica de tortillas: proveedor de cadenas de autoservicio, como Costco y restaurantes locales.
Unos 20 años después, esta empresa, llamada Circle Food Products, fue adquirida por la multinacional Tyson Foods debido al crecimiento de su portafolio, que ya incluía comida congelada como tamales, enchiladas y burritos.
Este tipo de emprendedores de comida mexicana, han impulsado en varios países del mundo el negocio de
los fabricantes mexicanos de máquinas de tortillas como Villamex, Celorio y Tecno Maíz (de Gruma), al grado que ahora deben competir con empresas extranjeras. “El fabricante estadounidense con el que trabajamos fue Casa Herrera, pero hay otro que se llama Laurens. Eran compañías que hacían máquinas más pequeñas para la industria pequeña y mediana”, cuenta Elías Berlín, quien trabajó durante 10 años en la empresa que adquirió Tyson.
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Esta competencia, que se da particularmente en el sur de Estados Unidos, ha provocado que los principales fabricantes de máquinas de tortillas mexicanas extiendan sus operaciones en ese país para posicionarse. Es el caso de Villamex, que ya tiene cinco fábricas.
“Los estadounidenses tienen mucho dinero y tecnología, además de ser excelentes copiadores”, comentó Manuel Villagómez, director de Villamex. La compañía exporta sus máquinas a más de 100 países y sus ventas en el extranjero representan 45% del total.
Villagómez también ha tenido éxito con la venta de sus máquinas a empresas transnacionales, como Bimbo. “Les llevamos una máquina a China hace dos años y medio. Ahora, (Bimbo) está ganando más dinero con la tortilla de harina de trigo que con todos sus demás productos”, señaló el directivo, que asegura su compañía registró la primera patente para fabricar tortillas de harina de trigo, en 1872.
La demanda creciente de comida mexicana en Europa, Asia, Oceanía y Estados Unidos también ha provocado el crecimiento de Gruma a través de su filial Tecno Maíz, que distribuye sus máquinas en diversos países de esos continentes. Mientras, en México, la competencia se endurece, pues tienen que competir con las empresas ‘pirata’. “Es mucho más difícil hacer valer tu patente que sacarla. Nosotros logramos sacar 26 patentes para fabricar tortilla de harina, y hemos tenido que demandar a 18 piratas”, explicó Villagómez. Según el productor, en el mercado nacional hay más de 30 fabricantes ilegales.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición 1206 de la revista Expansión.