4 mujeres que mueven los hilos de la industria automotriz en México

Mayra González estudiaba mercadotecnia cuando consiguió un trabajo de medio tiempo como vendedora en una agencia automotriz. Lo hizo porque quería comprarse un auto. Nunca pensó que ese empleo se convertiría en su profesión, y menos que llegaría a dirigir una compañía automotriz.

El anuncio se hizo en 2016. Nissan Mexicana divulgó un comunicado donde notificaba el nombramiento de Mayra como su nueva presidenta y directora general, convirtiéndose en la primera mujer en dirigir la filial mexicana de la compañía japonesa.

Con el cargo, vino asociada la responsabilidad de mantener la marca como la número uno en el mercado, una posición que conquistó en 2008, en plena crisis económica, cuando Nissan superó a General Motors.

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“No despierto pensando en los 102 meses que llevamos como líderes en el mercado, me levanto pensando en ir un día a la vez”, dice. Y es que, según la ejecutiva, “hacer las cosas bien consistentemente todos los días, te lleva a un buen resultado”.

En 2017, Nissan vendió 364,557 vehículos.

“Son muchos factores los que han llevado a Nissan a obtener este resultado. Tenemos productos en casi todos los segmentos, una financiera de marca muy sólida, producción local, una red con 230 distribuidores y 17,000 trabajadores”, destaca González.

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Pero mantener esta posición es cada vez más retador para la CEO mexicana y su equipo.

Aunque la brecha que separa a Nissan de su competidor más cercano aún es grande, la marca japonesa ha recibido mayor presión por parte de los nuevos jugadores que han entrado al mercado mexicano, como KIA y Hyundai. En el primer bimestre del año, estas dos marcas surcoreanas sumaron 8% del mercado, y en conjunto ya superaron a Mazda, Honda, Toyota, FCA y Ford.

Pero González no piensa bajar la guardia. "Mi objetivo al frente de la compañía es, y seguirá siendo, el cumplir con los objetivos del negocio, buscando llegar a nuevos segmentos de clientes, integrando nuevas y novedosas estrategias de ventas, posventa y financiamiento, dentro de una industria automotriz nacional que tiene un entorno altamente competitivo con más de 50 marcas".

Alicia del Valle es ingeniera industrial, y con apenas 23 años ingresó a General Motors como ingeniera del área de Calidad y Desarrollo de Proveedores. Era 1989, y ya pensaba en grande. Tras ocupar diversas posiciones gerenciales y terminar su maestría en Dirección para la Manufactura, obtuvo su primera dirección en 2007: la nombraron directora de calidad en la planta de Ramos Arizpe, en Coahuila.

Seis años después, y tras ocupar otras dos direcciones en la planta de Toluca (calidad y lanzamientos), fue nombrada directora de este complejo, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en dirigir una planta de manufactura de General Motors en el país.

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Tras realizar exitosamente el arranque de una nueva planta de motores dentro del complejo, en 2016 Del Valle fue nombrada directora del complejo de San Luis Potosí, dedicado principalmente a SUVs.

Allí, 6,200 personas trabajan en el ensamble de los modelos Trax, Equinox, Terrain y Aveo, que se exportan a Estados Unidos, Canadá y Sudamérica. Entre sus mayores retos, ha estado arrancar la producción de Equinox y Terrain, lo cual requirió la contratación de 1,600 personas.

Desde su trinchera ha promovido la inclusión de mujeres en la industria automotriz. “Ahora, el 32% de nuestro personal lo conforman mujeres. La planta de San Luis Potosí es la que tiene la mayor participación femenina entre las plantas de General Motors en México”, dice.

Claudia Márquez se sumó a las filas de Nissan Mexicana en 2012. Entró como directora de mercadotecnia para México y otros 37 mercados de Latinoamérica.

“Era una locura. Era responsable del desarrollo y posicionamiento de la marca, lo cual implicaba marketing, publicidad, fijar el precio de los coches y planear la estrategia para cada lanzamiento”, recuerda.

Márquez, con una licenciatura en Mercadotecnia y Comercio Internacional y 19 añosde experiencia en la industria automotriz, cumplió el reto. Ese año, Nissan cerró con un incremento de 9.1% en las ventas.

Los dos años siguientes, la directiva se enfocó en elevar la imagen de la marca en el mercado mexicano. “Una de fortalezas de Nissan es su amplio portafolio de producto. Cuando yo llegué teníamos vehículos para competir en prácticamente todos los segmentos. Pero a la marca le faltaba toda la parte aspiracional”, dice.

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La estrategia fue traer a México modelos más equipados y con un diseño más sofisticado, como la séptima generación del Sentra, construida sobre una plataforma completamente renovada.

Márquez estaba concentraba en la modernización de la gama cuando, en noviembre de 2014, recibió una llamada de José Muñoz, entonces vicepresidente ejecutivo de Nissan Norteamérica y miembro del consejo de dirección del grupo.

“Claudia, necesito que te vengas a Estados Unidos, pero a Infiniti”, le dijo. En ese momento, la marca premium de Nissan reportaba caídas mensuales de entre 20% y 30%.

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“Recuerdo que le pregunté: '¿Por qué me quieres llevar a esa situación?' Y él me contestó: ‘Para que la corrijas’. Y le dije: 'ok'”, cuenta.

Cinco meses después de esa llamada, Márquez se convirtió en la directora de Operaciones de Ventas de Infiniti para Norteamérica. En menos de un año, revirtió la caída. Las ventas de Infiniti en Estados Unidos pasaron de 117,330 unidades en 2014 a 133,498 en 2015, un crecimiento de 13.8%.

Desde agosto del año pasado, la mexicana también es responsable de las operaciones de ventas, estrategia, experiencia del cliente y posventa de Infiniti en México.

Iliana Martínez es abogada por la Universidad Anáhuac. Empezó su carrera a los 21 años, en un despacho de abogados, pero al no encontrar las mismas oportunidades que sus compañeros varones decidió renunciar.

“Noté que las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, recibían un sueldo menor que los hombres, en puestos similares. Decidí platicarlo con uno de los socios del despacho y su respuesta me sorprendió. Me dijo que no me preocupara, que un día me casaría y, a menos que yo esperara mantener a mi marido, el sueldo no debía ser un tema para mí”.

Pero no tiró la toalla. Continuó su carrera en otros despachos, hasta que en 1999 se unió a las filas de General Motors, en donde ha hecho carrera.

Empezó como gerente legal, un cargo que ocupó hasta 2003, cuando la nombraron directora del Departamento Legal de General Motors para México, Centroamérica y el Caribe.

Desde entonces, es la encargada de asegurar que todas las operaciones de la compañía, desde el proceso de manufactura hasta la venta de vehículos, cumplan la legislación y normatividad aplicable.

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Por su escritorio pasan los contratos de proveedores de materiales y servicios que abastecen a los cuatro complejos de manufactura que la firma opera en el país. También es la responsable de negociar con el gobierno los contratos de inversión que la compañía realiza en los diferentes estados donde tiene operaciones.

General Motors es una de las empresas automotrices que más promueve la equidad de género. Es la única que tiene a una mujer —Mary Barra— al frente de las operaciones globales. “El hecho de ser mujer no ha sido un factor que juegue a favor o en contra. Lo que importa es el cumplimiento de los objetivos, medidos de forma pareja para todos los empleados”, dice Martínez.