¿Pemex en Bolsa? Deseable, pero utópico
La idea de que Pemex pueda convertirse en una empresa atractiva que salga a Bolsa genera reacciones positivas entre los expertos del sector, pero de inmediato surgen dudas acerca de su viabilidad.
Este miércoles, Juan Carlos Zepeda, presidente del regulador de la indsutria energética, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), instó al gobierno mexicano a colocar una participación minoritaria de Pemex en Bolsa.
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Pemex tiene los derechos para explotar campos en México con grandes reservas probadas de crudo, pero carece de fondos suficientes para explorar y desarrollar adecuadamente los activos, destacó.
Sin embargo, para que Pemex sea atractiva para los inversionistas, faltan bastantes pasos: sanear sus finanzas, transformar su cultura laboral y corporativa, cambiar la estrategia para enfocarse sólo en las actividades más rentables, y lograr un ambiente político favorable a estas reformas, consideran analistas del sector.
Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, apunta que Pemex tiene un régimen fiscal en desventaja frente a los contratos que se licitan a empresas privadas desde hace tres años; que su producción va declinando y ahora es la menor desde 1980; que todas las líneas de negocio pierden dinero, excepto Exploración y Producción; y que el pasivo de la empresa supera a sus activos.
“¿Cuánto sería el valor de Pemex? Y pensando que puedes vencer la reacción social de salir a Bolsa, pues el valor de la acción sería mínimo”, opina Monroy.
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En cambio, Rubén Cruz, especialista del sector para la consultora KPMG, afirma que la compañía sí puede ser atractiva para la salir a Bolsa pues la mayoría de sus pérdidas vienen una vez que se le descuentan los impuestos.
Pemex cerró en 2017 un mal año en términos financieros, aunque se recuperó frente a 2016 y 2015, y el peor en cuanto a producción de petróleo y refinados.
Pese a ello, la petrolera nacional llegó a aportar cerca del 15% de los ingresos presupuestarios del gobierno mexicano —en 2014 fue el 40%—, lo que aún lo sitúa como uno de los motores del gasto federal.
“Pemex sigue siendo la gallina de los huevos de oro, una herramienta para muchos fines, y el problema es que no veo que esto cambie”, considera Pablo Medina, vicepresidente de la consultora Wellingence Energy Analytics.
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¿Una empresa más?
Para salir a Bolsa y recibir dinero de los inversionistas, una empresa debe ser transparente, tener procesos claros y un buen gobierno corporativo.
Pemex, donde el gobierno aún quita y pone a sus directores cada poco tiempo, tiene mucho camino que recorrer en este sentido.
“Uno, debe fortalecer su administración en cuestión de gobierno corporativo, aunque lo ha venido haciendo. Dos, además necesita tener una dirección general que no dependa de la administración en curso. Y tres, que sea independiente de la Secretaría de Hacienda. Ese es el reto más grande. Porque Pemex ha sido para los mexicanos la entidad que provee los recursos para financiar una parte importante de los ingresos del presupuesto”, considera Cruz, de KPMG.
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Los especialistas admiten que una salida bursátil no asegura que la cultura laboral y corporativa de la empresa cambie, tomando en cuenta los ejemplos de otras paraestatales como Ecopetrol, en Colombia, o Petrobras, en Brasil. Pero agregan que estos precedentes pueden ayudarle a evitar los problemas a los que se enfrentaron esas firmas en sus propias salidas a Bolsa.
Lo que puede ganar
Si Pemex saliera a Bolsa, la compañía puede ganar más gracias a la necesaria reestructura que tendría que realizar, que con el dinero recaudado, dice Medina.
“Se alinearían los incentivos del gobierno y de la empresa, vía el precio de la acción. Se podría evitar que la clase política tome decisiones que no sean las más rentables para la empresa, porque el gobierno sufriría cuando el precio de la acción bajara”, explica.
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“Yo creo que el IPO (oferta pública inicial, por sus siglas en inglés) traería transparencia, sí, ayudaría a tener una visión más potente”, considera el director de Pulso Energético, Pablo Zárate.
Los especialistas consultados consideran que la petrolera requiere de una nueva visión de negocios, que se traduzca en que Pemex se enfoque en sus negocios rentables, como la exploración y producción de hidrocarburos en aguas someras, algunas zonas en tierra, y nuevos proyectos en aguas profundas; que se asocie con otras empresas en negocios complicados como la refinación; y que se deshaga de activos como los fertilizantes y la petroquímica.
Todo eso podría hacerla rentable y atractiva para el inversionista.
“Si Pemex saca, por ejemplo, 20% de acciones a Bolsa, creo que Pemex ganaría más con esta reingeniería para hacerla atractiva, que en sí de los recursos que recaude”, dice Medina.