Los 3 retos del negocio de los satélites en México
El uso de internet crece cada vez más rápido, y para afrontar la demanda, se necesitan satélites.
La demanda de conectividad llegará al uso de 3.5 dispositivos ligados a internet por persona en el año 2021. Y en los próximos tres años, la velocidad promedio de conexión móvil será de 20 megabits por segundo, de acuerdo con el estudio Visual Networking Index 2017 de la empresa de tecnologías de la información.
Esto supone una gran oportunidad de crecimiento para la industria satelital, que enfrenta tres grandes barreras para su desarrollo en México:
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Tecnología
Las características técnicas de los servicios satelitales aún no pueden replicar la calidad de los servicios que se proveen en tierra, porque la telefonía móvil satelital aún tiene limitaciones en la transmisión de datos y está sujeta a las condiciones meteorológicas, que se suman al alto costo de provisión del servicio, explicó Enrique Melrose, especialista del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Costo
Los lugares donde es propicio llevar el servicio satelital, por la poca disponibilidad de redes fija, son zonas de bajo poder adquisitivo. Esto dificulta brindar soluciones satelitales de conectividad.
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La construcción y el lanzamiento de un satélite cuestan 400 millones de dólares (mdd), en promedio.
Los ingresos satelitales en 2016 fueron de 1,695 millones de pesos (mdp), que representa un incremento de casi 29% con respecto a 2015, pero solo 0.4% del total de ingresos del sector telecomunicaciones nacional.
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Regulación
Según Melrose, la capacidad satelital reservada al Estado desincentiva la inversión en esa industria en México, ya que “reduce la competitividad del país e impone mayores obligaciones a los operadores nacionales que a los extranjeros”. Además, las posiciones orbitales deben negociarse con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), por la alta demanda para proveer el servicio para otros países, y si no se usan las bandas satelitales solicitadas, la UIT las puede retirar.
En 2007, México perdió una posición orbital por falta de participación en una licitación para explotar la posición de 109.2 grados.