Las razones por la que Exxon está fuera de la fiesta petrolera de EU
ExxonMobil se perdió la invitación a la gran fiesta petrolera de Estados Unidos.
El auge de la producción de petróleo de esquisto pronto podría convertir a Estados Unidos en el rey del mundo petrolero. Sin embargo, Exxon, la compañía petrolera más poderosa del país, todavía está en declive en gran parte debido a su llegada tardía al juego de esquisto (shale).
Exxon proporcionó un nuevo recordatorio de su difícil posición el viernes, al informar que su producción de petróleo y gas natural cayó 6% durante el primer trimestre. Eso a pesar del reciente aumento en los precios del crudo.
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Es parte de una tendencia alarmante: la producción de Exxon ha bajado en siete de los últimos ocho trimestres.
“Están tratando de ponerse al día, pero llegan tarde a la fiesta”, dijo Brian Youngberg, analista senior de energía de Edward Jones.
Chevron, el rival estadounidense más pequeño de Exxon, ha sido capaz de moverse mucho más rápido para capitalizar el auge del esquisto y los precios más altos. La producción global de Chevron subió 6% el trimestre pasado, lo que ayudó a impulsar un aumento del 33% en las ganancias que superó las expectativas.
Como era de esperarse, el crecimiento más rápido de Chevron se produjo en el hervidero de petróleo de shale de la Cuenca del Pérmico, donde la producción aumentó en 65%.
Exxon está batallando por mantenerse al día, y Wall Street está perdiendo la paciencia. El gigante petrolero dijo que la producción de esquisto aumentó en un más modesto 18% en sus proyectos en la cuenta del Pérmico y Bakken.
A pesar de que Estados Unidos está en camino de bombear una cantidad récord de petróleo en 2018, la producción doméstica de petróleo de Exxon aumentó apenas 2% durante el primer trimestre. Su producción general de petróleo no logró crecer por séptimo trimestre en los últimos ocho. Exxon bombea menos petróleo que hace una década.
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“La producción estuvo en el lado bajo. Obviamente, eso no es algo bueno. No se puede ocultar eso”, dijo Pavel Molchanov, un analista de energía de Raymond James.
Las acciones de Exxon cayeron 3% el viernes, lo cual las deja con una baja de 4% respecto al año pasado. Chevron ha subido 20% en ese lapso, mientras que ConocoPhillips se ha disparado 38%.
Darren Woods, presidente ejecutivo de Exxon, intentó tranquilizar a los inversionistas al decir que la compañía se encuentra en una posición “buena para el crecimiento futuro” gracias a los nuevos descubrimientos y adquisiciones. Exxon también señaló que elevó el gasto de capital en 17%.
Un punto positivo: Exxon generó la mayor cantidad de flujo de efectivo de operaciones y ventas de activos desde 2014. Eso es a pesar de que Exxon se vio perjudicado por un terremoto en Papua Nueva Guinea que detuvo la producción.
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Sin embargo, Exxon aún se está recuperando de los errores cometidos durante el liderazgo del ex presidente ejecutivo Rex Tillerson, quien dejó Exxon el año pasado para convertirse en secretario de Estado de Estados Unidos.
Bajo la dirección de Tillerson, Exxon tardó en reconocer el potencial de agente de cambio del petróleo de esquisto bituminoso. Los enormes avances tecnológicos desbloquearon grandes cantidades de petróleo que había quedado atrapado debajo de la tierra.
“Consideraban que el esquisto no era importante”, dijo Youngberg.
En lugar de invertir dinero en lo que se convirtió en lucrativos campos de esquisto en Texas y Dakota del Norte, Exxon se apegó al guión de las grandes petroleras al invertir mucho en proyectos caros, incluidos los de Rusia, Alaska y el Golfo de México.
Sin embargo, algunas de estas grandes apuestas no rindieron fruto. En particular, el sueño de Exxon de asociarse con la petrolera rusa Rosneft se vio afectado por las sanciones de Estados Unidos a Moscú. En marzo, Exxon se retiró de la empresa conjunta con Rosneft, deshaciendo uno de los mayores logros de Tillerson.
En enero de 2017, poco después de que Tillerson dejara la compañía, Exxon tuvo una incursión en shale, al adquirir activos en la Cuenca del Pérmico por 5,600 millones de dólares.
El acuerdo duplicó la posición de Exxon en el Pérmico, el campo de esquisto de más rápido crecimiento en Estados Unidos. También fue la mayor compra de Exxon desde la compra del productor de gas natural XTO Energy por 41,000 millones de dólares en 2010, justo antes de que los precios del gas natural se desplomaran.
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“Esa fue una de las peores adquisiciones en la historia del negocio de la energía. Fue exquisitamente mal sincronizada”, dijo Molchanov. “Rex Tillerson tiene gran parte de la culpa. Fueron esencialmente 40,000 millones de dólares a la basura”.
En lugar de invertir en esquisto, antes de 2015 Exxon gastó mucho en recompras de acciones que fueron inoportunas. El precio de las acciones de Exxon ha disminuido desde entonces y la compañía pausó las recompras durante el colapso de los precios del petróleo hace tres años.
“Solían comprar una cantidad ridícula de acciones, en el momento equivocado”, dijo Youngberg.
Exxon molestó a Wall Street el viernes al anunciar que todavía no reiniciará su programa de recompras. Sin embargo, Exxon aumentó su dividendo más de lo esperado.
Considerando el terreno que Exxon tiene que ganar para alcanzar a sus rivales, Youngberg dijo que posponer las recompras probablemente tiene sentido.
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“Refleja su estrategia de intentar impulsar el crecimiento”, dijo Youngberg.