Firmas de EU pagan los platos rotos por las sanciones en Irán
Las principales empresas estadounidenses preparan un retiro de Irán antes de que entren en vigor las aplastantes sanciones del presidente Donald Trump.
La decisión de Trump el mes pasado de abandonar el acuerdo nuclear de Irán —y de imponer duras sanciones a la industria petrolera de la nación— significa que las compañías estadounidenses provocarán la ira de Washington si no cancelan sus operaciones allí.
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El histórico acuerdo nuclear del gobierno de Barack Obama con Irán en 2016 allanó el camino para que General Electric, Honeywell, Dover y otras compañías vendieran equipos por valor de decenas de millones de dólares a la envejecida industria energética de Irán. Bajo los términos de ese acuerdo, a las compañías estadounidenses se les otorgaron licencias para hacer negocios con Irán a través de subsidiarias extranjeras.
GE, por ejemplo, reportó casi 25 millones de dólares en ingresos provenientes de Irán desde 2016 entre la empresa matriz y su división Baker Hughes. Eso incluye lucrativos contratos para vender maquinaria y partes a plantas de gas y refinerías petroleras de Irán.
Pero esas transacciones no serán posibles más allá del 4 de noviembre, cuando el gobierno federal espera haber reestablecido todas las sanciones relacionadas con la energía nuclear en Irán.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos instruyó a las personas involucradas en negocios comerciales iraníes previamente permitidos a “tomar las medidas necesarias para poner fin a esas actividades” para evitar la exposición a sanciones o una acción de aplicación de las leyes estadounidenses”.
Una persona familiarizada con el asunto dijo a CNNMoney que GE planea cerrar sus negocios en Irán antes del 4 de noviembre. GE recientemente cerró su pequeña oficina en Teherán, en la que la compañía tenía dos o tres personas, dijo la fuente.
“Estamos adaptando nuestras actividades en Irán según sea necesario para adecuarnos a los cambios recientes en la ley estadounidense”, indicó GE en un comunicado.
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GE tiene exposición a Irán en dos niveles distintos. Primero, está GE Power, el fabricante de partes para plantas de energía que está teniendo problemas. Y luego está Baker Hughes, el gigante de servicios petroleros con el que GE fusionó su negocio de petróleo y gas el año pasado.
GE informó recientemente en una presentación ante la SEC que sus negocios de petróleo y gas recibieron un pedido de compra de válvulas y partes para maquinaria industrial y equipos utilizados en instalaciones de gas en Irán. El negocio generó ingresos por 6.7 millones de dólares en el primer trimestre.
GE también obtuvo otros 10 pedidos en el primer trimestre de piezas de repuesto para dar soporte a las instalaciones de gas de Irán.
Además, GE Power acordó vender relés de protección a una refinería de petróleo en Irán, así como compresores y otras partes a una compañía petroquímica de allí.
“Las actividades de GE en Irán hasta la fecha han sido limitadas y cumplen con las reglas federales”, dijo la compañía.
Honeywell, fabricante de termostatos domésticos, motores a reacción y docenas de otros productos, también señaló que pronto abandonará Irán.
En un comunicado, Honeywell dijo que “continuará operando dentro de los parámetros de todas las regulaciones estadounidenses e internacionales aplicables”.
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Honeywell generó unos 58 millones de dólares en ingresos el año pasado por las ventas de servicios y productos destinados a la industria petrolera, petroquímica y de gas en Irán, según documentos de la SEC.
Boeing también ha quedado atrapado en medio de las sanciones de Irán. El gigante aeroespacial está a punto de perder miles de millones de dólares en acuerdos para vender 110 aviones a Iran Air e Iran Aseman Airlines.
Boeing no respondió a una solicitud de comentarios.
Dover, que produce bombas, compresores y otros sistemas, dijo en una presentación reciente que esperaba generar alrededor de 14 millones de dólares vendiendo partes al sector petrolero, petroquímico y de gas de Irán.
En un comunicado, Dover dijo que sus subsidiarias extranjeras actualmente venden productos en Irán a través de exenciones que el gobierno de Trump anunció que revocaría.
“Tras dicha revocación”, dijo Dover, “esas subsidiarias dejarán de realizar ventas o de prestar servicios en Irán para cumplir plenamente con el programa de sanciones de Estados Unidos”.
Al menos una gran compañía de seguros se está viendo obligada a adaptarse a las inminentes sanciones contra Irán.
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Chubb, la aseguradora de propiedad y accidentes cotizada en bolsa más grande del mundo, no tiene presencia física en Irán. Sin embargo, Chubb ha proporcionado seguros a varios clientes de carga marítima que transportaban petróleo y otros productos hacia y desde Irán, de acuerdo con los documentos de la SEC.
Chubb dijo en un comunicado que asegurará el “cumplimiento total” de las sanciones del Departamento del Tesoro contra Irán.