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¿Es el principio del fin del cigarro de papel?

Philip Morris busca abandonar el cigarro de papel para transitar al electrónico, mientras el Juul se convierte en una moda en Estados Unidos. Pero países como México no permiten su uso.
jue 30 agosto 2018 06:01 AM
Competencia.
Frente a los cigarros tradicionales, 38 países del mundo, como Canadá, Colombia y Japón, ya permiten la venta de los electrónicos.

Hacía tiempo que el hotel Marriott de Washington no veía esta escena: personas fumando tranquilamente dentro de sus instalaciones, aunque de sus cigarros no salía humo.

Era la cumbre The E-Cigarrette Summit, que se celebró a finales de abril y donde expertos, académicos, empresarios y directivos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) debatieron los beneficios y las desventajas de los nuevos cigarros electrónicos. De entre los cerca de 500 asistentes, unos 10 jóvenes –todos con playera azul– fumaban el polémico Juul, de moda en el país entre los adolescentes, y que la FDA quiere regular.

Apuesta.
El 40% del gasto comercial global de Philip Morris ya va destinado al negocio de los cigarros electrónicos.

Algunas empresas ya tienen agresivos planes para aprovechar la tendencia. La tabacalera Philip Morris, dueña de Marlboro y Delicados, anunció en abril su estrategia para dejar atrás la tradición de la industria y adaptarse al siglo XXI: transitar para 2025 a una producción de cigarros 100% libres de humo, es decir, electrónicos.

En los últimos tres años, las ventas de cigarros convencionales de las tabacaleras globales han ido a la baja. Por ello, las empresas aceleran la migración a los dispositivos electrónicos.

“Hoy en día, los fumadores saben que hace mal a la salud y están buscando alternativas menos dañinas”, dice Gabriela Wurcel, vicepresidenta de Asuntos Corporativos para América Latina y Canadá de Philip Morris.

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Recomendamos: JUUL, el cigarro electrónico que transforma la industria en Estados Unidos

La empresa ha invertido más de 4,500 millones de dólares desde 2008 para el desarrollo de productos libres de humo. Esto incluye una nueva planta en Italia y otra en Alemania, así como la conversión de las que tiene en Grecia, Rusia, Rumania y Corea del Sur, más dos líneas de producción adicionales en Suiza.

Sin embargo, en países como México aún no está permitida la comercialización de estos dispositivos, que no emiten humo, pero sí contienen nicotina o láminas de tabaco. Pese a ello, uno de entre los 14 millones de fumadores mexicanos ya consumen cigarros electrónicos, que compran en el ‘mercado gris’, dice Roberto Sussman, director de la ONG Pro-Vapeo.

En este país, Philip Morris lidera el mercado y tiene una planta en Jalisco, que, de momento, no se verá afectada por la nueva estrategia, a la espera de ver qué sucede con la normativa.

Su competencia, Japan Tobacco International y British American Tobacco, también apuesta por el desarrollo de estos dispositivos, que ya se venden legalmente en 38 países.

Lee: El cigarro electrónico, ¿es más cancerígeno que el tabaco?

“En Japón, más de 800 restaurantes aceptan el Iqos (un dispositivo electrónico de Philip Morris), pero no el cigarro convencional. En Ginza, Tokio, pasaron de tener 22 tiendas de Iqos a 62 en 2017”, destaca Eric A. Feldman, profesor de Política de Salud de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pensilvania.

En Estados Unidos, la FDA prepara un plan integral para alcanzar un equilibrio entre el control y el diseño de los cigarros electrónicos, lo que ha ocasionado que muchas empresas, como Philip Morris, frenen por el momento el lanzamiento de nuevos productos en ese país, como el vaporizador Iqos.

Mientras, Wurcel afirma que la tendencia ha llegado para quedarse. “Queremos llegar, en 2025, a 40 millones de consumidores de cigarrillos electrónicos en el mundo, equivalente a lo que hoy fuman en Estados Unidos y Canadá”, afirma.

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