Las venas abiertas entre México y Estados Unidos
La transformación de la matriz energética de México en los últimos ocho años se ha visto impulsada desde el gobierno y la iniciativa privada con el crecimiento acelerado de una red de ductos en la frontera entre México y Estados Unidos, que ha casi quintuplicado la cantidad de gas que se bombea entre ambos territorios entre 2012 y 2018, según muestran cifras oficiales de ambas naciones.
“Las exportaciones de gas por ducto a México han crecido de 900 millones de pies cúbicos diarios (mpcd) en 2010 a 4,300 mpcd en abril de 2018”, dice la Administración de Información Energética (EIA por sus siglas en inglés) en un reporte publicado el mes pasado.
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La compra de gas natural desde el país vecino se disparó a finales del sexenio del presidente Felipe Calderón, cuando la escasez de la molécula puso en aprietos al sector industrial mexicano, frenando las operaciones de algunas plantas en los días en que se declaraban las llamadas “alertas críticas”.
Por ello, el país recurrió al gas de Estados Unidos. “Del 22 de junio de 2013 al 30 de junio de 2018 transcurrieron 263 semanas sin declaración de alerta crítica, como resultado de las acciones y el desarrollo de políticas de suministro y almacenamiento de gas natural, así como de petrolíferos (gasolinas, diésel y gas LP)”, explica el gobierno de Enrique Peña Nieto en su sexto informe, que el presidente presentó este lunes.
Como resultado, la infraestructura de ductos se expandió en 33.6% durante este sexenio, donde se añadieron 3,815 kilómetros a la red nacional, según datos del Informe de Gobierno.
En Estados Unidos, esta expansión fue todavía mayor. “A lo largo de este periodo (desde 2010), la capacidad de los ductos desde Texas a México se ha más que triplicado, alcanzando los 9,300 mpc en 2017”, dice el informe de la EIA.
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Este aumento supone un comercio de 6,165 millones de dólares (mdd) desde Estados Unidos en 2017, según estimaciones de la consultora PwC. Sólo Pemex gastó casi 2,500 mdd en la compra de gas natural del exterior, y un total de 10,849 mdd en los últimos cinco años, según datos del sexto Informe de Gobierno. La cantidad se ha duplicado frente a los primeros cinco años del anterior sexenio, cuando Pemex gastó 5,263 mdd por este concepto.
Pemex, la más afectada
La producción de gas de Pemex ha sido la más afectada por este proceso: cayó de 6,370 mpcd en 2013 a 4,793.8 mpcd en lo que va de 2018.
Además, la mayor parte de esta producción no puede ser aprovechada por la industria mexicana, debido a que más de la mitad debe ir a otras áreas de Pemex para sus procesos. Por eso, la petrolera nacional ha tenido que recurrir a mayores compras del exterior para sus propios fines, mientras que las compañías privadas consumen cada vez más gas natural importado desde Estados Unidos.
El actual gobierno ha manifestado su preocupación por la alta dependencia de las importaciones para el consumo nacional, debido a que las compras al exterior representan cerca del 80% del abasto del país. Y el futuro presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido que buscará la autosuficiencia energética del país.
CFE
, la beneficiada
Sin embargo, la mayor disponibilidad de gas natural desde Estados Unidos, donde el precio de referencia es uno de los más bajos a nivel internacional debido a la enorme producción de gas proveniente de las cuencas de shale, ha beneficiado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Entre 2012 y junio de 2018, la CFE disminuyó 41% su consumo de combustóleo para generar electricidad. En 2012 se utilizaron 201,000 barriles diarios contra 119,000 barriles diarios en junio de 2018”, expone el sexto Informe de Gobierno.
El 56% de la generación eléctrica de la CFE ya proviene del gas natural, mientras que tan sólo el 11% se generó con el combustóleo, un derivado del petróleo que es más caro y contaminante.