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Los tres desafíos para el Tren Maya

Para iniciar su construcción, el Tren Maya primero debe tener el visto bueno de las autoridades ambientales y proteger el patrimonio arqueológico.
jue 17 enero 2019 01:07 PM
Retos a vencer.
Antes de su construcción, el Tren Maya requiere de una consulta en el lugar donde se construirá, proteger el medio ambiente y las zonas arqueológicas.

CIUDAD DE MÉXICO.- Antes de iniciar la construcción del Tren Maya, una de las obras más emblemáticas de la administración, la obra enfrenta al menos tres desafíos que no se pueden evadir. Más allá de la consulta sobre su construcción, que presentó resultados a favor con 89.9% de los votos entre 946,081 personas, se requiere un proyecto completo para ser evaluado.

1. Protección al ambiente

La propuesta del Tren Maya involucra un recorrido de 1,500 kilómetros de vías por Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, según el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esos estados del sureste del país se caracterizan por “resguardar la mayor cantidad de especies de vida silvestre (…) dispone de extensos territorios sujetos a conservación que reportan extraordinarios servicios ambientales con beneficio global”, señala el Fondo Regional para la Cultura y las Artes de la Zona Sur.

“El proyecto tiene que cumplir con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en los que se consideren impactos ambientales en términos de impacto, mitigación y de compensación causados por los daños no solo de la construcción de la obra sino después de ésta”, explicó Omar Arellano-Aguilar, profesor investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM especialista en riesgo ecológico.

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El Fonatur, encargado del desarrollo del proyecto no estuvo inmediatamente disponible para responder a Expansión sobre estos puntos, pero en una entrevista previa su director general, Rogelio Jiménez Pons, dijo que parte de la obra ya existe y cambiará de carga a un tren que transporte carga y pasajeros con velocidad de hasta 160 km por hora, de la que ya se hacen estudios.

“Se está haciendo un plan maestro que va a indicarnos la rentabilidad y estamos complementando la información que existe de anteproyecto a la integración de las corridas financieras. Del total de la inversión, serán muy pequeñas las asignaciones directas, el 95% se va a tener que conscursar”, dijo Jiménez.

Lee: El Tren Maya y el Corredor Transístimo, prioritarios para el presupuesto de 2019

2. Mayor interés en Cancún

Aunque hay algunos tramos de vía ferroviaria en el trayecto que contempla la ruta del Tren Maya, en el resto carece de derecho de vía –la franja de terreno que se requiere para la construcción la vía ferroviaria- y el tramo de mayor interés es el que va de Cancún, pasa por Playa del Carmen y llega a Tulúm.

“(El gobierno) no ha definido cómo lo va a llevar a cabo, el proyecto ejecutivo debe contemplar la resiliencia en medio ambiente, convivencia con ciudades, definir si será elevado para salvar los espacios de la fauna. Es una zona lluviosa, entonces es un proyecto a muy largo plazo que requiere un mantenimiento de alta precisión”, dijo un consultor de transporte que prefiere reservar su identidad.

Para la construcción de esta obra, en el presupuesto de egresos de este año se destinó 6,000 millones de pesos (mdp) de un costo total que en noviembre pasado, López Obrador estimó de hasta 150,000 mdp, por lo que contempla la participación de la iniciativa privada. Empresas como Bombardier y Mobility ADO esperan la publicación de la licitación para revisar los requisitos y participar.

3. Protección al patrimonio arqueológico

Los vestigios arqueológicos de la civilización maya más importantes se encuentran en la península de Yucatán y el Istmo de Tehuantepec. Las zonas arqueológicas o en las que se presuma su existencia están protegidas por la ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos.

“El tramo de la parte baja de la península es el punto álgido, donde lo preocupante es la cantidad de turismo que puede llegar a la zona y que va a demandar servicios. Se corre el riesgo que en las comunidades donde tenga estación el tren se estimulará el crecimiento urbano, que si no está regulado puede tener impactos irreversibles (…) la ley obliga a modificar los proyectos en caso de que exista riesgos de daño al patrimonio arqueológico de la nación. Si las afectaciones son muy grandes, se detiene (la construcción)”, indicó Arellano-Aguilar.

El proyecto debe someterse a consulta pública en las comunidades directamente afectadas, agregó el especialista. “Tiene que cumplir requisitos legales y normativos, si no lo hace estaría violentando el marco regulatorio para este tipo de obras”.

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