Cuando las empresas amenazan con marcharse de México, ¿a dónde se irían?
En la reciente huelga de trabajadores de empresas maquiladoras y manufactureras en Matamoros, Tamaulipas, en la que más de 30,000 empleados pidieron un incremento salarial de 20%, varias compañías amenazaron con irse del país. El Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) dijo primero que eran 15, luego que se trataba de cinco, más tarde de dos, y por último que una "ya había confirmado su salida", aunque sin especificar su nombre.
Sea una o ninguna, finalmente, el discurso de que las empresas extranjeras se irán de México si cambian las condiciones —como una subida generalizada de salarios— aparece frecuentemente en las palabras de políticos, representantes empresariales o analistas. Pero 'del dicho al hecho, hay mucho trecho'.
“Cuando existen conflictos laborales extendidos, ambos actores, empresas y sindicatos, sacan sus banderas. Los sindicatos, la huelga; y las empresas, el ‘me voy’. Estas intentonas de irse del país no son nuevas. Es un juego de negociación, lejos de que sea una tendencia o una clara decisión”, afirma Diego González, socio de servicios legales de la firma EY.
Y es que México, a pesar de la corrupción, la inseguridad y los problemas de Estados de Derecho, es un país atractivo para la inversión extranjera. De acuerdo con el último reporte de PwC, se encuentra en el top 10 (concretamente, en la posición 9) de las mejores naciones en las que invertir en 2019.
Para muestra, un botón: en el último sexenio (2012-2018), el monto de la inversión extranjera directa sumó 172,291 millones de dólares, 12% más que en el sexenio anterior (2006-2012).
México ofrece importantes ventajas a las empresas extranjeras: su geografía —colinda con Estados Unidos, está cerca de Sudamérica y cuenta con salidas marítimas hacia Asia y Europa—; su infraestructura —las compañías tienen puertos, ferrocarriles y carreteras para mover sus productos—; y una mano de obra muy barata, comparada con otras economías. A esto se suma la mayor estabilidad política y macroeconómica, frente a otros países del continente.
Estos factores hicieron que muchas compañías extranjeras, sobre todo las que quieren producir a costos competitivos y exportar a Estados Unidos, eligieran México para instalar sus plantas en las últimas dos décadas.
Además, el esquema de importaciones temporales —que permite a las empresas no pagar impuestos por la importación de materias primas, si la compañía luego va a exportar sus productos— y los incentivos de los estados, como condonar el impuesto predial, el de nómina o donar terrenos para la construcción de plantas, son grandes atractivos que en otros países no se encuentran. “Por eso siguen llegando las empresas”, dice Guillermo Abdel, director del Centro de Estudios de Competitividad del ITAM.
Los expertos aseguran que muchas de estas ventajas no se encuentran fácilmente en otros países, pero también afirman que México no es "la última Coca-Cola del desierto". Por ello, coinciden en que, “si en un momento dado se llegan a presentar entornos de huelga, donde no se puede ni trabajar, de inseguridad, de altos costos energéticos, y estos se empiezan a conjuntar, podrían ser la causa de que busquen ubicarse en otras naciones”, opina José Luis De la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).
¿Atadas a México?
Si una empresa, sobre todo una con plantas en el territorio, decidiera irse, tendría que ser por motivos de fuerza mayor, pues mover la producción de un país a otro no es una tarea fácil ni barata.
“Las plantas que operan en el país tienen muchos años establecidas en México, tienen una infraestructura creada, sus rutas de distribución, tanto para la importación de materia prima como para la exportación de producto terminado, y gran cantidad de producto que se manufactura en México va rumbo a Estados Unidos. Si pasa (si se van del país), yo lo estaría viendo más de mediano o largo plazo”, explica Mario Hernández, socio de KPMG México.
Hay tres factores para saber qué tan real es una amenaza de salir del país: el volumen de los productos que fabrica la empresa, sus políticas corporativas internas y el ciclo económico.
Entre mayor tamaño tenga el producto, más difícil será mover la producción, porque el aumento del costo de transportar esa producción no se justificaría, dice el académico del ITAM. Un ejemplo serían la industria de electrodomésticos y algunas firmas de autopartes. Lo más sencillo de migrar, en todo caso, sería la producción de componentes electrónicos.
Es muy complicado mover la producción de un lado a otro, no es una decisión que se pueda tomar de la noche a la mañana.
En cuanto a las políticas corporativas, “hay empresas que son muy adversas a tener riesgo laboral, independientemente de la lógica económica. Para ellas, ceder ahora (en una huelga), significa que se va a convertir en una amenaza constante”, asegura Abdel.
El ciclo económico también es importante: en épocas de desaceleración económica, las empresas buscan recortar costos, por lo que mover la producción no es viable. Sin embargo, en un entorno de expansión o auge, es más posible emprender una mudanza.
¿Quién compite con México?
Hay países que también ‘le hacen ojitos’ a los inversionistas. El este asiático —China, Vietnam, Indonesia, Malasia— representa una de las principales competencias de México.
“Son países que están muy apoyados por sus gobiernos, hay apoyos fiscales, de financiamiento, la mano de obra es barata, y la mayor parte de esos países ya han desarrollado capacidades logísticas muy importantes, principalmente en los puertos”, asegura De la Cruz, del IDIC. El problema, sin embargo, es que esa región está muy lejos de Estados Unidos, y los costos logísticos de exportar al mayor consumidor del mundo se dispararían (además de la mayor complicación para mover volúmenes muy grandes).
Otra alternativa es Centroamérica —Costa Rica, Honduras, Guatemala—, también cerca de Estados Unidos y un costo de mano de obra similar al de México. Sin embargo, carecen de una infraestructura como la mexicana y tienen mayor inestabilidad económica. El resto de países del continente, como Argentina y Brasil, también están demasiado lejos de Estados Unidos.
Por ello, los analistas consultados opinan que es poco probable que las compañías extranjeras se marchen a otra parte. González, de EY, señala: "Estamos lejos de una situación en la que podamos decir que el andamiaje legal, laboral o la tendencia de los sindicatos va a provocar una desaceleración de la inversión en México o inclusive la salida de inversión”.