Datos de la AMPI señalan que en los últimos 20 años se han invertido alrededor de 16,000 millones de pesos en el perímetro A, lo que ha dejado desprotegido al perímetro B, que cuenta con una mayor superficie y más población.
3. Tramitología
Los especialistas coinciden en que los edificios del Centro Histórico tienen un problema de renta congelada y, que al ser lugares con mucho valor patrimonial genera una situación de tramitología para su explotación, ya que es necesario acudir a diferentes instituciones para tener los permisos de construcción o regeneración.
"Eso cuesta mucho dinero y tiempo, y el tiempo en el desarrollo inmobiliario cuesta mucho dinero. Es necesario hacer una comisión intersectorial e interinstitucional que permita tener una ventana única para que las autorizaciones de diversas instituciones se agilicen", menciona David.
4. ¿Reubicación del comercio?
Según la AMPI, 75% de los 9,362 inmuebles de los perímetros A y B se encuentra parcialmente desocupado o es utilizado como bodega, lo cual ha provocado la subutilización de la infraestructura y servicios urbanos. De 2014 a agosto de 2018 se realizaron unos 63 desalojos violentos en la alcaldía Cuauhtémoc, donde la mayoría coinciden con la desocupación de viviendas para convertirlas en uso exclusivo del comercio a través obra irregulares.
"Al ser el primer cuadro de la ciudad, existe una derrama económica importante. Esto generó que los comercios se multiplicaran de manera exponencial, ya que observaron un área de oportunidad, como lo es el flujo de personas y la disponibilidad de cierto producto", afirma Jordi Greenham, CEO de la plataforma de renta de inmuebles Homie.mx.