"El beneficio inicial se da en la etapa de construcción, que conlleva la generación de empleos de uno a tres años, pero estos polos de desarrollo tienen horizontes de hasta 30 años. Ya lo vimos, por ejemplo, en los desarrollos del Fonatur en destinos de sol y playa, que se planearon en un sexenio, pero el efecto y los beneficios se extienden en 20, 30 o 40 años", comenta el especialista.
Por eso, alrededor de estos megaproyectos será necesario establecer nuevas regulaciones en materia de edificación y catastro, además de transparencia en la asignación de recursos para mejorar la infraestructura local de servicios públicos, que permitan la creación de planes de ordenamiento territorial, coinciden los expertos consultados.
El aeropuerto Felipe Ángeles
Louis David, directora general del think tank Alianza para la Regeneración Urbana (ARU), señala que cuando se anuncia la construcción de un proyecto de la magnitud del aeropuerto de Santa Lucía, los precios del suelo alrededor de la zona comienzan a detonarse debido a que “quienes tenían terrenos para cultivar van a querer venderlos a quienes quieran construir ahí, generando un impacto importante sobre su valor”.