Para lograrlo se requiere de una estrategia integral que permita a las empresas involucradas continuar con la producción y el suministro de bienes y servicios a los países socios, particularmente a Estados Unidos, destino del 80% de las exportaciones mexicanas, de acuerdo con Ana López Mestre, vicepresidenta y directora general de la American Chamber of Commerce.
Tan solo en el primer bimestre del año, el intercambio comercial entre ambos países fue de 97,621.3 millones de dólares, y con un saldo superavitario para México en 17,158.4 millones de dólares, según datos del departamento de Comercio de Estados Unidos.
“Las dos economías están muy integradas y es importante que las empresas que forman parte de las cadenas de suministro –que no sólo son asociadas a la AmCham– puedan seguir respondiendo a la demanda del mercado estadounidense”, afirmó.
Continuidad estratégica
La vicepresidenta del organismo, que representa a 1,400 empresas estadounidenses en México, insistió en que el Tratado será un elemento adicional que blindará el flujo de la inversión y le dará certeza al comercio en la región de Norteamérica.
El presidente Andrés Manuel López Obrador parece tener la misma lectura. En su conferencia matutina del 15 de abril aseguró que el tratado con Estados Unidos y Canadá pone en ventaja al país para poder superar la inestabilidad económica.
“Nos pone en una situación distinta, porque habrá pronto más demanda en Estados Unidos y nosotros tenemos en nuestra relación comercial un superávit. Por eso es muy importante el tratado, eso nos ayuda, eso no lo tienen otros países”, expuso.