En materia de producción, los fabricantes de bicis fueron de los primeros en prepararse para una crisis cuyas dimensiones aún desconocían. Debido a que gran parte de los componentes proviene de China, las empresas se abastecieron de insumos para hacer frente al paro de labores por el Año Nuevo del país asiático hasta finales de febrero, afirma Fernando Mejía, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Bicicletas (ANAFABI).
A ello se sumaron las noticias de que el virus estaba paralizando a los productores en Asia, por lo que se aceleraron diferentes procesos de producción de partes que se podían fabricar para reemplazar las importaciones, agrega César Ramos, director corporativo ejecutivo de Grupo Mercurio. “Incrementamos nuestra capacidad de producción en 40%, previendo que la cadena de suministro se podía detener".
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Los preparativos de la industria ayudaron a que la producción pudiera continuar parte de marzo, antes de que la industria parara en abril y mayo, por lo que se espera que la escasez de insumo podría empezar entre junio y julio. Pero tener inventario no fue suficiente, ya que con el cierre de puntos de venta clave, como las tiendas departamentales, no había muchas opciones más que la venta en línea.
Sin embargo, el envío de bicicletas no es tan sencillo. Mejía explica que los canales digitales son un mercado apenas en nacimiento, a lo que se suma el costo de enviar el producto, que puede ir de 700 a 1,000 pesos.
Pese a ello, ha habido demanda. En el caso de Grupo Mercurio, los pedidos de algunos productos como bicicletas fijas y caminadores aumentaron más de 150%, mientras que las ventas por e-commerce mediante sitios como Amazon y Mercado Libre se triplicaron. Aunque, acepta, el dato parte desde una base comparativa muy baja. “Le hemos surtido a Mercado Libre como nunca”, enfatiza.