Entre enero y agosto, las automotrices han comercializado 585,933 vehículos nuevos, alrededor de 267,000 menos, comparado con los 853,412 que llevaban en el mismo periodo de 2019. Los estados donde la caída ha sido mayor, superior al 40%, son Quintana Roo, Yucatán y Baja California Sur.
En estos mercados, la venta de vehículos está íntimamente relacionada con la dinámica del sector turístico: compra de unidades de renta, vanes para realizar traslados de aeropuertos o recorridos turísticos, pickups que trasladan insumos a los restaurantes, según datos de Urban Science retomados por la Asociación Mexicano de Distribuidores de Automotores (AMDA).
“Una de las actividades que ha sufrido daños colaterales tras el desplome del turismo es la de la renta de autos”, dijo Alberto Gómez, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe).
Antes de la pandemia había un promedio diario de entre 2,500 y 3,000 solicitudes de renta de vehículos en las oficinas ubicadas en los aeropuertos de los principales destinos turísticos. Pero tras el desplome en el flujo de turistas en los aeropuertos y en los principales puntos turísticos del país, las solicitudes se desplomaron paralizando la renovación de las flotillas.