Las plantas hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) son la apuesta de generación eléctrica de la actual administración y, bajo esta premisa, los 60 complejos recibirán en 2021 su presupuesto de inversión más alto desde al menos hace 10 años.
La CFE dará a sus plantas hidroeléctricas el presupuesto más alto en 10 años
El año próximo la CFE estima inyectar a las centrales 6,096 millones de pesos, de acuerdo con información vertida en el proyecto de egresos de la Secretaría de Hacienda.
La cifra es 543 millones de pesos o 9.8% más alta que destinada a estas centrales el año pasado. También es mayor a lo que la empresa eléctrica nacional invirtió en estas plantas que funcionan mediante agua en los últimos 10 años –que variaba entre 3,000 y 4,000 millones de pesos–, excepto en 2017, cuando se inyectaron 6,090 millones de pesos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha acusado que durante los últimos años las plantas hidroeléctricas de la CFE fueron abandonadas, con la finalidad de sacarlas de despacho.
Para el año siguiente, la central que más inversión recibirá es La Yesca, ubicada en Jalisco, con casi 730 millones de pesos. La hidroeléctrica El Cajón, en Nayarit, recibirá el segundo monto más importante: 603 millones de pesos.
Si bien la energía vía centrales hidroeléctricas es considerada como limpia, el presupuesto necesario para su generación y la puesta en marcha de las centrales es superior al que podría ser requerido para la construcción de otro tipo de plantas de generación renovable, como las solares, dice Pablo Ramírez, especialista en temas energéticos de Greenpeace.
De acuerdo con información de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) hasta junio pasado, la energía generada vía estas centrales representó el 9.2% de la energía total y la tercera fuente de generación más importante detrás del gas natural y otros combustibles fósiles. Hace un año, en junio de 2019, la electricidad hidroeléctrica representó el 7.5% del total.
En un memorándum leído a julio a los reguladores del mercado –entre ellos el Centro Nacional de Control de Energía, encargado del despacho eléctrico–, el jefe del ejecutivo solicitó modificar la forma en que hasta ahora se sube la energía al sistema eléctrico nacional, para poner en primer lugar a las centrales hidroeléctricas propiedad de la CFE.
La electricidad generada por estas centrales, dice el documento, deberán de ser las primeras en subirse al sistema, seguido de la producida en el resto de plantas propiedad de la CFE, la de centrales solares y eólicas de privados y, por último, las de ciclo combinados de otras compañías.
Para aumentar el uso de estas centrales, dicen especialistas en el tema, también es necesario tomar en cuenta factores como la utilización de agua en ciertas regiones por parte de sectores industriales o agrícolas, y cambios ambientales generados por factores como el cambio climático.
“No es energía infinita, es energía almacenada. Hay límites técnicos para usarlas, pero a pesar de ello ha incrementado su uso y ojalá pueda invertirse en eso”, dice Paul Sánchez, de Ombudsman Energía México. “Es la fuente más barata (de generación) de CFE, pero no son más baratas que la energía de las subastas –generadas por plantas eólicas o solares–”.