La industria petrolera a nivel mundial se ha visto impactada por los estragos de la pandemia de coronavirus, y los productores de crudo mexicanos no son la excepción. La emergencia sanitaria sorprendió a la industria con una disminución constante en la demanda de hidrocarburos y una baja histórica en los precios internacionales del petróleo, que incluso llevó a la mezcla mexicana a tocar un valor negativo en abril pasado, algo que no había sucedido antes.
Las compañías privadas mexicanas que se dedican a la extracción de crudo –como resultado de las rondas petroleras, las migraciones de contratos y las asociaciones con Pemex– deberán replantear sus metas de producción de petróleo para verificar si los objetivos son factibles en los plazos antes anunciados, dice Merlín Cochran, director de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi).
“Estamos revisando las prospectivas y justamente queremos ver si podemos actualizar este número (de producción), esto es una discusión que se tiene todavía al interior porque el impacto de la Covid-19 ciertamente ha hecho que el potencial de producción se empuje un poquito en el tiempo”, afirma.