El incremento de las hospitalizaciones por coronavirus en el Valle de México, llevó a que Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud federal; Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, y Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, declararan conjuntamente el regreso al semáforo rojo. Esto implica el cierre de las actividades no esenciales -que incluye el sector restaurantero- desde el 19 de diciembre hasta el 10 de enero.
La medida, que impide vender alimentos en los establecimientos aunque sí para llevar, “condena a miles de trabajadores al desempleo y a los restaurantes a la quiebra”, aseguró la Cámara nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en un comunicado.
De acuerdo con el organismo empresarial, el cierre obligatorio podría provocar que 80% de los restaurantes de la ciudad bajen la cortina permanentemente. Tan solo al final del año, calculan que en todo el país 122,000 negocios dejarán de operar y 450,000 personas se quedarán sin trabajo. En el Valle de México, hasta noviembre habían quebrado 13,500 establecimientos.
“Esto provocará una crisis irreversible”, dijo la Canirac.