FCA también redujo la producción en su planta de Toluca debido al mismo problema, mientras que Volkswagen paró durante algunos días el ensamble de su sedán Jetta en Puebla. El fabricante de vehículos premium Audi disminuyó, durante enero y los primeros días de febrero, los turnos operativos en la planta de Puebla debido a la escasez de chips.
El impacto de estas irrupciones, además de los paros que hicieron al menos ocho plantas debido a la escasez de gas en la tercera semana de febrero, se nota en la estadística de producción que publica el Inegi cada mes. Durante febrero, la producción de vehículos cayó 28.9%, hasta las 238,868 unidades, comparado con las 335,708 ensambladas en febrero de 2019.
Los automóviles nuevos pueden tener más de cien semiconductores, y la falta de uno solo de estos chips puede provocar retrasos o paros de producción: si el chip que controla el frenado automático del vehículo se retrasa, ese vehículo no puede salir de la línea de producción.
Cuando el COVID-19 se extendió por todo el mundo, provocando paros totales en las plantas armadoras durante casi dos meses en la primavera pasada, los fabricantes de automóviles recortaron los pedidos de chips anticipándose a una dramática caída global en las ventas de sus modelos. Para evitar bodegas llenas de chips, los fabricantes de semiconductores buscaron reorientar sus entregas. Rápidamente ajustaron sus líneas de producción para cumplir con los crecientes pedidos de los fabricantes de computadoras portátiles, cámaras web, tabletas, teléfonos inteligentes 5G y consolas de videojuegos.
Pero sorpresivamente las ventas de automóviles se recuperaron más rápido de lo esperado a finales de 2020, ocasionando un problema de desabasto.
Aunque el grifo de los semiconductores no se ha cerrado completamente para el sector automotriz, las armadoras han dejado de ensamblar vehículos de venta más lenta para desviar los chips disponibles a los segmentos más calientes del mercado, incluidos pickups y SUV.
De los 13 fabricantes que reportan sus cifras de producción y exportación al Inegi, 11 registraron números negativos durante febrero. Solo BMW, que produce el sedán Serie 3 en San Luis Potosí, y Toyota, que ensambla la pickup Tacoma en Guanajuato y Baja California, incrementaron el número de unidades producidas frente a febrero de 2019.
Esta baja en el ritmo de producción también afectó las exportaciones de vehículos durante el segundo mes del año: cayeron 21.8%, hasta las 213,987 unidades, desde las 273,634 exportadas un año antes.
Durante el primer bimestre del año, la industria automotriz acumula poco más de medio millón de vehículos producidos, 22% menos comparado con los 663,793 que llevaban en el mismo periodo de 2019.