“Yo no creo que esto dejará de ser un negocio para los particulares, simplemente va a dejar de ser un negocio tan ventajoso como el que es hasta hoy”, dice Abreu en entrevista. La legisladora por Campeche asumió la presidencia de la Comisión de Energía del Senado el 1 de febrero pasado, el mismo día en que desde presidencia se envió a Diputados una iniciativa preferencial para modificar las principales reglas del mercado.
La reforma a la ley ya acumula al menos dos decenas de suspensiones a favor de los privados. Las compañías acusan una serie de daños a sus inversiones e incluso una expropiación indirecta, pues las nuevas reglas modifican el valor económico de sus activos y las alejan de su rentabilidad.
Pero la senadora asegura que nada de esto es cierto: “No se están quitando los activos, sólo está dejando de ser el negocio lucrativo con utilidades disparadas a cargo de una competencia sin piso parejo, privilegiando a los participantes a costa de condiciones que dañan a las finanzas de la CFE”.
Sin citar nombres y casos concretos, la legisladora asegura que en la dinámica actual del mercado eléctrico las compañías suman porcentajes de utilidades rebasados a los óptimos que sólo genera un subsidio a favor de los privados y con cargo a las finanzas de la estatal. “¿Cómo pedimos a CFE que se pueda consolidar y que pueda tener inversión si está cargando todos los pasivos de lo que estamos subsidiando a los particulares?”, cuestiona.
Esta misma pregunta la han repetido en público el presidente Andrés Manuel López Obrador y Manuel Bartlett, el director de la estatal. Y Abreu, legisladora por Morena, se une a las promesas presidenciales y del octogenario Bartlett. Todos aseguran que el cambio a la ley que deriva de la reforma de 2013 sólo tiene como objetivo sanear las finanzas de la eléctrica nacional, hacia la defensa del papel rector del Estado en una industria esencial, como la eléctrica.
Al lado contrario, están quienes aseguran que las modificaciones solo incentivan el uso de los combustibles fósiles, bajo los cuales funcionan la mayoría de las centrales eléctricas de la estatal. Y es que la generación de electricidad vía métodos renovables –fuera de la hidroeléctrica– es un tema al que la administración de la CFE no se ha inclinado, al menos no en los siguientes años de este sexenio, de acuerdo con su último plan de negocios.
Pero Abreu asegura que esta generación es parte del plan y que el saneamiento a las finanzas de la CFE es el primer paso para invertir en métodos más limpios y dejar de consumir algunos combustibles, como el carbón.
“Antes que nada, para poder invertir, para poder tener más parques eólicos, para poder hacer la transformación de los ciclos combinados, quitar la quema de carbón y volverlas energías menos contaminantes, debemos de tener dinero. Pero si nosotros seguimos pagando a sobreprecio la energía de particulares y seguimos teniendo el perjuicio de haber hecho contratos de subasta en dólares, no (va a ser posible)”, dice. “Yo no estoy viendo esto como tema político, lo estoy viendo como un tema de análisis financiero”, remarca.
La reforma a la ley se aprobó la madrugada del pasado 2 de marzo en el Senado, en medio del reclamo de participantes del sector, quienes aseguran que nunca se discutió a fondo, después que el parlamento abierto en la Cámara Alta se suspendió el mismo día de la votación.
La aprobación, y su promulgación, se han convertido en el golpe más impetuoso desde la administración federal. Y las modificaciones han terminado por derribar la confianza en el sector, que ya tambaleaba por los últimos dos años de cambios continuos a las reglas del mercado.
Al cierre del año pasado las cifras ya lo demostraron: la inversión extranjera en el mercado de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica registró una baja de 61.7% a 506, millones de dólares, la más baja desde 2011.
Hasta ahora, la administración federal no ha mostrado una gran preocupación por estos datos y ha decidido continuar centrándose en el rescate de las estatales de CFE y Pemex.
Y Abreu asegura que antes de la inversión de compañías privadas debe colocarse la soberanía energética, que en su parecer, solo puede conseguirse colocando a la eléctrica nacional al centro del mercado. “A mí me interesa que haya inversión, pero no me interesa que exista una dependencia, en el que esté sujeto a condiciones completamente nocivas para las finanzas públicas de nuestra nación. Cualquiera ordena primero su casa, y después de ahí, que estés consolidado, puedes aventar incentivos para que podamos tener mayor inversión”.
