Desde el inicio del sexenio, la compañía estatal ha dejado fuera de su plan las asociaciones con privados y las rondas petroleras, dos mecanismos contenidos en la reforma energética ideados para dar más liquidez a la compañía, pero que han sido rechazados de manera tajante por el presidente Andrés Manuel López Obrador y excluidos de la estrategia de negocios de la petrolera.
Pemex presentó hace unas semanas su plan de negocios hacia 2025, pero en éste de nueva cuenta ha dejado fuera las rondas petroleras y los farm outs. Estos últimos consisten en la asociación con un privado para aprovechar su capacidad financiera y tecnológica, pero sin perder la titularidad del campo.
“Esa falta de ‘permiso’ para trabajar con privados le resta competitividad”, dice la analista. “El plan de negocios de la empresa es un plan de negocios que le perjudica, porque está diciendo que no puede asociarse con terceros. Y la asociación con terceros privados a lo que te ayuda, en cualquier país, no sólo en México, es a mejorar su eficiencia operativa, mejorar las tecnologías, es compartir riesgos”.
Hasta ahora, y pese a los resultados, la estrategia de Pemex continúa basándose en una apuesta por el sistema de refinación, un intento –aún sin mucho éxito– de aumentar su producción de petróleo crudo y el objetivo de disminuir su pesada deuda, principalmente a través de capitalizaciones federales.
Y la deuda, dice Almeyda, también se ha convertido en un fuerte lastre para la compañía, debido a que la mayoría de ésta se encuentra en moneda extranjera, dejándola muy expuesta a las variaciones continuas del tipo de cambio.
Aún con esto, la administración del presidente López Obrador pretende limitar las exportaciones –una de las principales fuentes de ingresos de la compañía– para centrar la extracción de crudo en la refinación de combustibles. “Es un riesgo muy alto, ya que la mayoría de la deuda está en monedas duras”, explica Almeyda sobre este plan.
Hace unas semanas Moody’s decidió mantener la calificación soberana, en Baa1 con perspectiva negativa, pero ha advertido que los apoyos constantes a la compañía continúan siendo el mayor riesgo de las finanzas públicas.