La catástrofe no pondrá en peligro las posibilidades de Carso de obtener futuras licitaciones siempre que la empresa cumpla con cualquier penalidad que se le imponga, según la persona familiarizada con la perspectiva del Gobierno, que pidió no ser identificada.
Arturo Elías Ayub, portavoz de la familia y yerno de Slim, declinó responder a una solicitud de comentarios.
El escándalo fue un golpe para la reputación de Carso. También provocó un colapso en el índice de aprobación del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien era alcalde de la capital cuando se construyó la línea, y de la actual alcaldesa, Claudia Sheinbaum, tras informes de los medios que indicaron que la construcción se apresuró y el mantenimiento fue inadecuado. Ambos políticos, miembros del partido Morena de López Obrador, han sido citados como posibles candidatos en las elecciones presidenciales de 2024.
Es poco probable que López Obrador sea demasiado duro con Carso o Slim, debido a sus roles prominentes en otros proyectos de infraestructura del Gobierno, y porque el presidente gana credibilidad en el mercado al mantener una relación con el multimillonario, según Duncan Wood, asesor senior del Instituto de México.
“No quiere entrar en pelea con Slim”, dijo Wood. “Su relación es demasiado importante para ponerla en peligro. Necesita a Slim en términos de gasto en infraestructura”.