En datos más recientes, durante la segunda quincena de mayo pasado –el último precio reportado por el regulador–, el gas LP se comercializó en 12.66 pesos por litro, un aumento interanual de 32.7%. En la misma quincena del año pasado el precio se cotizó en 9.54 pesos por litro.
Y en el mismo periodo de comparación, el comportamiento del hidrocarburo a nivel internacional, con base en el índice Mont Belvieu, ha tenido un incremento mayor, de 80.6%.
El tipo de cambio también ha sido un factor importante en el aumento del precio, coinciden las fuentes, aunque la paridad peso dólar se ha mantenido prácticamente estable en lo que va del año. Durante el año, el peso acumula una pérdida de 0.3%, con una cotización máxima de 20.93 pesos por dólar en marzo pasado. El precio de referencia se calcula en dólares, de ahí el impacto en la cotización de la divisa, explican los analistas.
Esto explica la razón por la cual todos los consumidores a nivel internacional han experimentado una alza en el precio del combustible. Otros países latinoamericanos, como Chile, Colombia y Brasil, han experimentado subidas en sus precios locales, similares a las del mercado mexicano.
Incluso una fracción política de Chile ha pedido la investigación por prácticas monopólicas en el mercado de comercialización de gas LP, por considerar que esto ha influido de manera importante en los precios. Algo similar a lo ocurrido en México.
La Comisión Federal de Competencia (Cofece) tiene abiertas tres investigaciones en el mercado de gas LP, para determinar si el sector opera en condiciones de competencia y si los jugadores han establecido acuerdos para aumentar en conjunto el precio del hidrocarburo.
Y los analistas no descartan que exista colusión entre participantes del mercado, pero aseguran que los factores internacionales son el principal punto del aumento en el precio del gas LP.
“Esa volatilidad que se ve en el precio del gas (en México), es la misma volatilidad que está vigente en todos los mercados de gas alrededor del mundo. Aunque es cierto que una parte de los niveles de precio se explica por cuestiones de falta de competencia en el sector. Lo que hacen ellos (las empresas), dado su poder de mercado, es traspasarlo directamente al consumidor”, explica Gómez Ayala.
La poca competencia en el sector tiene un efecto grande en los consumidores: las compañías aprovechan su predominancia en el mercado y así aumentan casi de manera directa cualquier fluctuación en el mercado internacional, pues tienen poca probabilidad de perder participación en las ventas. Y en la falta de competencia, dicen los especialistas, es en donde el gobierno federal podría tener una incidencia, aunque difícilmente podrá ser a través de una nueva compañía.
Las fuentes coinciden en que una regulación que fomente la entrada de nuevos participantes y un incremento en la inversión para construir infraestructura en comunidades con pocas opciones de compra podría ser la salida más viable.
La nueva compañía anunciada esta mañana por el presidente vendrá acompañada de un precio máximo determinado por el Estado, del cual no se dio más detalles. Pero éste no podrá controlar la tarifa más allá del dictado por el mercado internacional.
Y aunque la nueva empresa estatal, que dependerá de Pemex, podría traer más competencia al mercado, los analistas dudan que su incidencia pueda ser de gran diferencia en la dinámica de las ventas al público, debido al alcance que tendrá Gas Bienestar, sobre todo en los primeros meses de su próxima operación.