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¿Transición energética? Sí, pero los combustibles fósiles también se usarán más

La recuperación de la pandemia aumentará la demanda de energía y eso impulsará el uso de combustibles fósiles, principalmente el carbón.
lun 19 julio 2021 05:00 AM
Combustibles fósiles
La IEA pronostica que las emisiones de carbono crecerán en los próximos años, pese a los esfuerzos rumbo a la transición energética.

La generación de energías renovables aumenta, pero no lo suficiente para cubrir la demanda que surgirá de la recuperación económica tras la pandemia. Es la conclusión a la que llega el último estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), publicado la semana pasada.

Y con el incremento de la demanda, las fuentes fósiles, en especial el carbón, recuperarán una parte importante del mercado que perdieron durante los últimos años, cuando las centrales eólicas y solares ganaron protagonismo.

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La IEA pronostica que la demanda de electricidad crecerá 5% en 2021 y en 4% en 2022, con los aumentos más drásticos en Asia y el Pacífico, principalmente en China, que ha logrado una recuperación más rápida tras la pandemia que el resto de los países, sin que las renovables puedan cubrir este alza.

Y el próximo aumento en el uso de combustibles fósiles traerá como consecuencia una subida en las emisiones de carbono en el sector eléctrico a un máximo histórico, en 3.5% en 2021 y 2.5% en 2022, después de que en los años pasados cayeran de manera significativa.

“Las energías renovables se están expandiendo rápidamente, pero no lo suficiente para satisfacer un fuerte repunte de la demanda mundial de electricidad este año. Esto resulta en un fuerte aumento en el uso de la energía del carbón, que corre el riesgo de empujar las emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico a niveles récord el próximo año”, dice la IEA en el estudio.

La organización ya había pronosticado un aumento en el uso de carbón hacia 2021. La IEA cree que el uso de este combustible, caracterizado por sus altos niveles contaminantes, se incrementará en 2.6% el año próximo. De 2018 al 2020, su utilización cayó 7%, su descenso más importante desde 1971. Pero todo parece indicar que la tendencia a la baja tendrá un revés, a pesar de los esfuerzos globales como parte de la descarbonización del sector.

En México, el discurso presidencial y una serie de cambios regulatorios, que no han logrado aún tener éxito en su ejecución, apuntan a un próximo crecimiento en el uso de combustibles fósiles como el carbón para priorizar las centrales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sin que hasta ahora exista una tendencia al alza en su uso.

Pese a esto, la IEA no descarta un fuerte crecimiento en la generación renovable. La organización prevé un aumento de 8% en 2021 y 6% en 2022 en la producción de electricidad en centrales hidroeléctricas, solares y eólicas.

“El crecimiento de las renovables ha superado el de la demanda en sólo dos años: 2019 y 2020. Pero en esos casos, se debió en gran medida a una demanda excepcionalmente lenta o decreciente, lo que sugiere que las energías renovables que superan al resto del sector eléctrico aún no es lo normal”, dice la IEA.

Las previsiones de la agencia, la más importante del sector, se dan a pesar de que grandes economías, como la estadounidense y la Unión Europea, han aumentado sus esfuerzos contra el cambio climático. La semana pasada, la Comisión Europea dio a conocer su plan para reducir en 55% las emisiones de gases invernadero para 2030 y tener un balance neto cero en 2050.

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