“Vamos primero a desarrollar dos prototipos de vehículos de reparto eléctrico y si todo sale bien podremos cerrar ese primer contrato”, dijo Nazareth Black, CEO de Zacua.
La marca también continúa con sus planes de fabricar y comercializar modelos eléctricos para uso personal. Desde el arranque de la planta en abril de 2018, hasta ahora, ha fabricado una primera ronda de 30 unidades que ha vendido a family and friends, como parte de un proyecto piloto de lanzamiento.
“La idea era que pudiéramos monitorear estos coches durante un año, para ver cómo funcionaban en la calle. Les pedimos (a los dueños) que los usaran continuamente y estamos en contacto con ellos todos los días para preguntarles cómo les fue, qué les gustó, qué sí, qué no”, dice Black. A partir de este monitoreo, que terminó a finales de 2019, la marca ajustó los modelos para poder arrancar la comercialización en el mercado.
Zacua ha retomado su meta de vender 100 unidades de sus autos eléctricos. Cada modelo tiene un precio de 599,000 pesos y una autonomía de 160 kilómetros.
La marca también ha trabajado en un esquema de franquicias para monetizar el know how adquirido durante estos primeros cuatro años sobre la fabricación de vehículos eléctricos. Tras el boom de la movilidad eléctrica, Black dice que hay inversionistas en todo el mundo interesados en incursionar en la fabricación de autos de baterías.
“La propuesta es que nosotros vamos e instalamos la planta, les traspasamos la tecnología y les enseñamos a ensamblar el coche. Los inversionistas locales hacen la inversión, se encargan del manejo de la planta y a Zacua le pagan un pequeño porcentaje por unidad producida”, explica la directiva, quien asegura que “la idea ha gustado mucho”.
Gobiernos de Centroamérica, África, Medio Oriente y algunas comunidades de España han mostrado interés por el esquema. “Hace dos años recibí a un comité (integrado por empresarios y funcionarios) de 10 países interesados en conocer el proyecto. A partir de ahí establecimos mesas de trabajo que siguen abiertas”, dice Black.
Mientras tanto, la compañía continúa perfeccionando la plataforma y desarrollando una cadena de suministro local. “Al inicio tuvimos que traer los componentes de dónde los encontrábamos, pero queremos que el vehículo sea 100% ensamblado con proveeduría mexicana. Hoy llevamos un avance del 60%, casi 70%, de proveedores desarrollados por nosotros”.
Entre los componentes que aún están pendientes está la batería, que ahora Zacua importa de China.