El regulador antimonopolios ha concluido un estudio para determinar las condiciones en que opera el mercado de distribución de gas licuado de petróleo (gas LP) y su resultado ha sido contundente: entre 2016 –cuando se liberalizaron los precios del combustible– y 2021, los distribuidores aumentaron su margen de ganancia bruto en 145% a nivel nacional y el mercado no opera bajo condiciones de competencia que permitan a los consumidores acceder al insumo a precios accesibles.
Con este estudio, la Comisión Federal de Competencia (Cofece) abre la puerta a que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) intervenga en las contraprestaciones y tarifas a las que los participantes del mercado venden este combustible. Para esto aún falta un paso, el regulador antimonopolios debe de dictar una declaratoria de ausencia de condiciones de competencia, que aún demorara algunos meses.
Desde agosto pasado y por instrucciones presidenciales, la CRE estableció una metodología de precios máximos al gas LP, después de que estos tuvieran una racha ascendente derivado de factores internacionales y un desajuste en la oferta y demanda, como consecuencia de la pandemia. Pero hasta ahora, el regulador del mercado eléctrico no contaba con el visto bueno de la Cofece y con un documento que asentara un aumento en los márgenes de ganancia de los distribuidores.