El plan de gastos propuesto por Biden aumenta los créditos para los eléctricos hasta 12,500 dólares por vehículo. De aquí hasta 2026, el crédito base es de 7,500 dólares, a los que se sumarían 4,500 dólares si se trata de autos fabricados en plantas estadounidenses sindicalizadas y 500 dólares más a aquellos con baterías fabricadas también en Estados Unidos. A partir de 2027, los vehículos tendrían que fabricarse en Estados Unidos para calificar para cualquier crédito.
La UE es el último de una serie de socios comerciales clave en criticar la disposición, y argumenta que discriminaría a las empresas extranjeras y perjudicaría a los trabajadores estadounidenses. México y Canadá dijeron que estarían dispuestos a responder con contramedidas en caso de que la versión aprobada por la Cámara se convierta en Ley.
Los créditos fiscales "darían lugar a una discriminación injustificada contra los fabricantes de automóviles y componentes de automóviles de la UE", dijo Dombrovskis en la carta. "Tengo muchas esperanzas de que no genere fricciones innecesarias ni cree nuevas barreras en la relación transatlántica".
Incentivos solo para eléctricos producidos en plantas sindicalizadas
Joe Biden ve en la rápida adopción de los autos a baterías no solo un camino para combatir el cambio climático, sino una forma de estimular la economía mediante la generación de nuevos empleos sindicalizados. Así, su propuesta es que los incentivos se otorguen solo a quienes compren autos eléctricos fabricados en plantas del país que operen bajo un contrato colectivo negociado con sindicatos.
Pero ninguno de los fabricantes de automóviles europeos o asiáticos con plantas en Estados Unidos tiene personal sindicalizado. Solo las de General Motors, Ford y Stellantis, ubicadas en el norte, cumplen con el requisito.
Dombrovskis cuestionó si la disposición ayudaría al objetivo final de la administración de apoyar la sindicalización de los trabajadores en la planta de ensamblaje. "Parece poco probable que los créditos fiscales al consumidor propuestos sean herramientas efectivas para lograr una mayor sindicalización laboral en los Estados Unidos. Y, en cambio, podrían proporcionar un incentivo discriminatorio para comprar automóviles a fabricantes cuyos trabajadores ya están sindicalizados", decía la carta. El jefe de comercio de la UE también dijo que el proyecto de ley sería "fundamentalmente incompatible" con las reglas de la Organización Mundial del Comercio y podría interrumpir la cadena de suministro transatlántica.
Este no es el primer roce que tienen la Unión Europea y Estados Unidos por temas comerciales. Hace tres años, el entonces presidente Donald Trump impuso aranceles adicionales al acero y el aluminio. La UE respondió con medidas de represalia sobre productos estadounidenses emblemáticos como las motocicletas Harley-Davidson, los vaqueros Levi's y el bourbon de Kentucky. A finales de octubre, Estados Unidos y la UE zanjaron la disputa comercial. Pero los subsidios a loas vehículos eléctricos ahora vuelven a agitar las aguas entre los dos mercados.
Con información de Bloomberg y AFP.