En lo que va de este año, la petrolera estatal ha importado un promedio de 325,000 barriles diarios de gasolina. El nuevo plan de la compañía no muestra un cambio en las expectativas de compras al exterior, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que estas se reducirían de manera paulatina hasta eliminarlas por completo en 2023.
El documento tampoco contempla la producción de la refinería de Deer Park, de la que Pemex ha anunciado un plan de compra a la estadounidense Shell.
El alza en las cifras de producción de Pemex se dará como parte de un incremento en el uso de sus refinerías de Tula, Hidalgo, y Cadereyta, Nuevo León, principalmente. Estos complejos operan actualmente al 20% y 30% de su capacidad, respectivamente. El plan busca llevarlas al producir al 70% y 50% del total de su procesamiento.
La petrolera estatal planea incrementar el proceso en sus complejos en cerca de un 30%, de acuerdo con el mismo plan. Según sus estimaciones, podrá procesar hasta 900,000 barriles de petróleo en todas sus refinerías. Pese a las intenciones presidenciales, Pemex no ha podido rebasar los 800,000 barriles de proceso en sus complejos. En octubre pasado promedió 750,000 barriles al día.
Desde 2019, la Secretaría de Energía ha dicho que las seis refinerías procesarán entre 900,000 y un millón de barriles diarios, pero hasta ahora la estatal se ha quedado entre 30 y 40% por debajo de la meta debido a los procesos de reconfiguración.
Desde el día uno, la estatal ha aumentado la producción de gasolinas y con ello la generación de combustóleo. Esto último se ha convertido en una actividad rentable para la compañía debido a los altos costos del crudo, que han llevado a algunos de sus consumidores, como las refinerías estadounidenses, a aumentar la compra del subproducto caracterizado por su alto nivel contaminante.
En su plan para el año próximo, la estatal prevé reducir su producción de combustóleo, para que éste quede cerca de 10% por debajo de la generación de gasolinas.