Tan solo la comercialización de bolígrafos arrastraba una caída de 8% de enero a octubre de 2021 –último dato disponible por el Inegi– respecto a igual lapso del año anterior y un 17%, sobre el periodo de 2019. Se trata de una merma de unos 500 millones de pesos sobre las ventas prepandemia y de unos 212.5 millones respecto a 2020.
El saldo preliminar del 2021, aunque negativo, refleja una mejora que no terminó de cuajar y que trajo retos a la producción, el manejo de inventarios y a la cadena de suministro, según reconoce Mario Berra, vicepresidente Global de Manufactura de BIC, fabricante de artículos escolares y de oficina cuyas ventas asociadas al regreso a clases representan entre 40 y 50% de los ingresos de su división de papelería.
“El año (2021) ha sido más alto, en volumen, de lo que planeamos al cierre del año previo, lo cual nos dice que muchos mercados están en niveles cercanos al 2019. Eso nos ha generado retos con proveedores, con materiales que traemos de distintos países y algunas materias primas locales”, menciona.
Desde julio de 2020, Berra lidera la producción de artículos de papelería y de rasuradoras, dos de las tres divisiones de BIC. De enero a septiembre del año pasado, ambos negocios generaron 835.6 millones de euros (mde), el 60% de los ingresos obtenidos por la compañía francesa. En 2020, las ventas de ambos segmentos sumaron 758.7 mde, según datos de su último reporte trimestral.