De acuerdo con el abogado corporativo jurídico de Megacable, esta situación empezó a agudizarse desde el último cuarto del año pasado y ha continuado durante el primer trimestre de 2022. Zonas como el Bajío, parte del norte del Golfo de México, Guerrero y Oaxaca son focos rojos para este tipo de delitos de barreras de entrada fáctica y vandalismo.
Hace cuatro años, Megacable tuvo que atrasar su plan de cobertura en Tlaquepaque, Jalisco, debido a la inseguridad que se vivía en esa parte del país. “Como (las organizaciones del crimen organizado) secuestran ciertas plazas enfrentamos estas circunstancias en las que 'levantan' al ingeniero y lo interrogan para saber qué están haciendo. Afortunadamente no han sido cosas mayores. Tú vas con tus ingenieros y con tus cuadrillas a tender la fibra (óptica) y no te dejan (instalarla) o te piden un derecho de piso para poder hacerlo, incluso te ponen horarios. Nosotros nunca hemos aceptado una negociación y nunca hemos abierto canales para que nos planteen algo así. Simplemente cortamos diálogo y nos vamos”, aseguró Juan Carlos Fernández.
Pero esta situación no solo es exclusiva de Megacable también le ha sucedido a Izzi, Marcatel Axtel y Telmex.
El vandalismo también ‘desconecta’
Por separado, Enrique Yamuni, CEO de Megacable, explicó que otras barreras para ampliar la cobertura de conectividad en el país es el vandalismo, que en los últimos cuatro años se ha vuelto más recurrente, especialmente en zonas como Jalisco, Coauhuila, Estado de México, parte del Bajío, Querétaro, Guanajuato y Michoacán.
Megacable ha tenido acercamiento con fiscales de las entidades para investigar los casos, sin embargo aún no ha habido detenidos. Por ello, Yamuni considera que este tipo de delitos, que se consideran federales, deben ser castigados con mayor rigor. Hoy, aunque haya reportes de vandalismo es muy difícil que las autoridades puedan dar con los culpables.
El directivo asegura que lo que más preocupa a Megacable de estos delitos no es la pérdida económica que puede representar para la compañía sino las afectaciones que trae para los usuarios.
“Hay afectaciones para el servicio pero más que nada la afectación es para los usuarios: un corte de fibra lleva una hora o incluso más tiempo localizarlo y luego nos lleva otras cinco horas más hacer funcionar las fibra nuevamente. Durante todo este tipo los usuarios se ven afectados, desde las personas que hacen trabajo remoto, hasta los restaurantes, porque le cortas el teléfono a estos negocio y personas”, aseguró.