“Tenemos que confesar que sí refresca”, decía un comercial que pasaba con frecuencia en las televisiones mexicanas en la década de los 80 para anunciar un producto que ha sobrevivido el paso del tiempo: el Agua de colonia Sanborns.
Esta colonia es un icono para la cadena Sanborns, de Carlos Slim. No hay una sola tienda Sanborns que no la tenga. Fue creada en 1927, y aunque hay pocos datos sobre su historia, su aroma a flor de naranjo se ha vuelto característico para algunas generaciones, y también ha logrado traspasar las fronteras de las tiendas, pues también es posible encontrarla en cadenas de autoservicio, como Walmart o Soriana.
La popularidad de la fragancia tuvo un auge importante durante el siglo XX, y no sólo se ha usado para perfumar la piel. Hay quienes la recomiendan para repeler mosquitos en épocas de calor, o para refrescar la piel después de afeitarse o destacan su poder relajante. En una publicación en sus redes sociales, Sanborns compartió que el agua de colonia es la “predilecta de los brujos de Catemaco para sus limpias y en Acapulco la recomiendan como repelente de mosquitos”.
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Pero su aroma a flor de naranjo, va más allá de los usos: su aroma evoca momentos o personas específicas a más de uno de sus usuarios, o eso es lo que se puede ver en las redes sociales de Sanborns: “Recuerdo cuando mi madre nos ponía después del baño. Me encantaba”, escribió una usuaria. “Su inconfundible aroma, mi abuela por siempre”, escribió otra.
Carlos Gómez, director de la escuela de marketing de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), comenta que para las compañías, en este caso Sanborns, es importante contar con un producto tan icónico que logra ser parte de la vida cotidiana de las personas más allá de ofertar un producto. “Productos como este tomaron parte de la vida de toda una generación volviéndose parte de sus experiencias, recuerdos, alegrías y lo convirtieron en un producto que identifica a los consumidores con su dinámica de vida”, dice.
Sin embargo, el especialista considera que lograr que un producto permanezca en los anaqueles de las tiendas a lo largo de 100 años es un logro muy difícil de replicar. Aunque parece que el Agua de Colonia Sanborns es un producto para las personas mayores, los más jóvenes no son ajenos a su existencia.
La realidad es que la fragancia si ha tenido cambios. Para empezar, la fórmula ha ido más allá de las flores de naranjo y la variedad de olores se ha extendido a otras presentaciones, como el aroma de roble y agave. El empaque también ha tenido cambios, aunque mantiene su tapa de color verde y las flores de naranja en la etiqueta frontal.
Conectar con las nuevas generaciones
“(El Agua de colonia Sanborns) Me recuerda la casa de mi abuelita, cuando niña siempre entre sus cajones olía a colonia de flor de naranjo”, escribió una usuaria en un post donde Sanborns comparte una vieja propaganda de su clásica colonia. Y así, hay varios ejemplos sobre como el aroma conecta a los jóvenes con personas de más edad.
En canales como Youtube y hasta TikTok, circulan algunos clips publicitarios que destacan sus atributos y la remembranza del producto. Este llamado a la nostalgia es un acierto –opina Gomez– en un mercado que busca rememorar recuerdos y emociones. Y parece que la colonia Sanborns lo ha logrado de manera natural, sobre todo porque más que ofrecer un servicio, con su compra satisface las emociones.
“Sanborns con este producto logró entender un mercado y una sociedad”, dice el especialista. “El auge de la marca fue en los 80 y 90, ahora cambió el estilo de vida y se incrementó la competencia y las formas de compra, es esto lo que determina si un producto se queda obsoleto. Pero cuando ese producto toca las emociones incluso puede conquistar a las nuevas generaciones de consumidores, aun sin todo lo demás ”.