Durante los primeros meses del año pasado la tendencia era distinta. El operador del mercado reportaba una caída de 36% en el uso de carbón, pese a la apuesta presidencial por subir el uso de las centrales de CFE.
La administración federal se ha mantenido en el discurso de aumentar la generación de las centrales de la compañía –sin importar el tipo del combustible que utilicen–, con la finalidad de aumentar la participación de la estatal en el mercado de generación, pero hasta ahora no ha logrado este cometido de manera legal.
La reforma constitucional que fue rechazada en abril pasado y la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, que se mantiene suspendida debido a una serie de amparos, cambiaban la forma en que se utiliza la energía de las plantas, para poner en primer término a las de la empresa estatal.
El uso de carbón se ha dado de manera generalizada a nivel internacional, debido a los altos precios del gas natural que han derivado del enfrentamiento armado entre Rusia y Ucrania, y de una inercia por el corte de la oferta por la pandemia. En el país, la falta de nuevas centrales –debido a los cambios regulatorios y la suspensión de las subastas– han disparado el uso de carbón a la par de un aumento récord en la demanda.
Los datos del operador indican que durante abril el país registró un nuevo récord histórico de demanda eléctrica. Y la ausencia de nueva oferta da un segundo aire a algunas centrales de la estatal CFE que estaban próximas a salir del mercado o que ya no eran tan utilizadas debido a sus altos costos.
Los analistas del sector coinciden en que hay otro factor que podría estar generando un mayor uso de carbón en el país: aunque no se ha cambiado de manera regulatoria la forma en que se toma la electricidad de las centrales para poner en primer plano a las que tienen costos variables más bajos, la estatal CFE estaría reduciendo el precio de la electricidad que se oferta en el mercado eléctrico mayorista para que sus centrales sean utilizadas.
En 2020, reportó la agencia Redd Intelligence, el Cenace permitió que la estatal CFE inyectará energía de sus centrales sin respetar los principios del despacho económico. Esta tendencia, dicen los analistas, podría seguir vigente.
La recuperación de la demanda eléctrica tras la pandemia ha traído una segunda vida al carbón. La Agencia Internacional de Energía ya había previsto un impulso en su uso después de años con caídas continuas en su uso. De 2018 a 2020, la utilización de carbón como fuente de energía ha caído 7% a nivel mundial.