Para fabricantes como Renault, el mayor obstáculo ahora no son los chips, sino la falta de contenedores y buques para transportar a los puertos de Lázaro Cárdenas y Veracruz las unidades que llegan desde Brasil, Argentina, Colombia, Corea del Sur y Francia. “Nosotros nos hemos beneficiado de que la configuración de los vehículos que se fabrican en Latinoamérica ha podido sortear mejor la escasez de chips. Pero lo que ahora tiene de cabeza a la industria es el tema logístico. No hay flotillas navieras suficientes y decenas de vehículos están en los patios esperando”, dice López.
Incluso ya en puerto, la distribución de los modelos a los concesionarios ha enfrentado obstáculos. Algunas armadoras tuvieron problemas en 2021, primero por bloqueos ferroviarios y luego por un socavón, para internar los vehículos que llegaban a Lázaro Cárdenas desde Asia.
Mientras los fabricantes hacen actos de malabarismo para mantener en el aire todas las pelotas –las que ya están y las nuevas que les van cayendo–, nuevos pronósticos sobre producción y ventas surgen continuamente. S&P Global Mobility prevé que la guerra en Ucrania reducirá la producción mundial hasta 2024. La firma de investigación automotriz, anteriormente conocida como IHS Markit, rebajó en marzo su pronóstico de producción global de vehículos ligeros para 2022 en 2.6 millones de unidades, a 81.6 millones. En 2019 la producción fue de 92 millones. Para 2023, la expectativa son 88.5 millones.
El conflicto en Europa del Este
Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz han estado entre los fabricantes más afectados desde que inició la invasión rusa a Ucrania a finales de febrero. El gobierno alemán tiene una gran dependencia de la energía y las materias primas rusas, pero debido a la situación en Europa del Este, las armadoras alemanas enfrentan una escasez crítica de suministro de varios proveedores locales.
Alrededor de 45% de los arneses de cableado construidos en Ucrania se exportaban a Alemania y a Polonia, igual que varios componentes electrónicos. El fabricante de arneses, circuitos y tarjetas electrónicas Jabil tiene dos plantas en Ucrania y el 60% de la producción va a fábricas de Europa, en especial, de Volkswagen, BMW y Audi. Aunque los dos complejos siguen en operación, estaban experimentando retrasos en las entregas porque varios proveedores en ciudades vecinas han sido afectados por el conflicto. “Inevitablemente, los autos de manufactura europea se van a ver afectados”, dice Víctor Manuel Morales, director de Operaciones y de Desarrollo regional de operación de Jabil.
El Grupo Volkswagen es uno de ellos. Aunque la compañía informó que su utilidad operativa del primer trimestre aumentó frente al mismo periodo de 2021, “el impacto de la guerra en Ucrania, la actual pandemia de covid y la escasez de semiconductores ocasionaron una disminución de dos dígitos en las ventas unitarias” de sus marcas de volumen Volkswagen, Seat y Skoda, dijo el fabricante en su reporte trimestral. Y México no es ajeno a todos estos movimientos.
“Volkswagen es una marca global y como tal no somos inmunes al entorno. Y, efectivamente, estas variables, que son ajenas a nosotros, impactan el negocio y la forma en que este se desarrolla”, dice Edgar Estrada, director de Volkswagen. La marca cerró 2021 como la tercera más vendida, pero al cierre del primer trimestre quedó en la quinta posición de ventas, debajo de Toyota y Kia. En abril, subió al cuarto escaño.
Después de Sudáfrica, Rusia es el segundo mayor proveedor de paladio, necesario para los catalizadores de motores de gasolina. También es el tercer productor de mineral de níquel, que se usa en la producción de baterías de iones de litio. Ucrania, por su parte, es uno de los proveedores más importantes de gas neón, necesario para fabricar semiconductores y la falta de este insumo alargará aún más la escasez de chips.