Mejía, quien también posee tres tortillerías en la capital del país, refiere que a partir de ese año, y hasta ahora, el costo de la tonelada de maíz pasó de 4,900 a 8,400 pesos, un alza de 71.4%. Esto llevó a la microempresaria a subir el precio del kilo de tortilla de 14 a 20 pesos en el mismo periodo, un incremento de 42.8%.
La situación obligó a los pequeños productores a buscar alternativas. Una de ellas, explica Mejía, fue viajar a Sinaloa a comprar el grano, pero se encontró con la dificultad de transportar el maíz y almacenarlo en la Ciudad de México. Mientras, el alza en el precio impacta en su consumo. En 2013 cada habitante consumía entre siete y ocho tortillas diarias, esta cifra se redujo a dos tortillas, de acuerdo con datos de la organización.
“Cada vez menos personas consumen tortillas. La gente ya compra un kilo o dos kilos, se lleva lo que le alcance. Si tiene 10 pesos, eso compra, se ajusta a lo que el bolsillo le permite”, dice Mejía. “Este panorama de constantes aumentos en el precio del maíz nos lleva a diversificar el mercado; vemos que los empresarios buscan de manera inmediata integrar otros servicios, como la venta de comida”, añade.
Pero el alza en el precio del maíz no es el único impacto, pues también se suman los aumentos en los energéticos como el gas y el agua.
Marcela Martínez Pichardo, presidenta de la Cámara Nacional del Maíz (Canami), comenta que el decreto presidencial que prohíbe el glifosato limita las importaciones de maíz que contengan esta sustancia, además de establecer la revocación y abstención de permisos de siembra de maíz transgénico y del uso de grano de maíz genéticamente modificado en la alimentación, lo que llevará a un aumento en el precio del maíz hacia 2024, cuando entra en vigor.
“La preocupación es que no sólo afectaría a la tortilla, también a los 60 sectores industriales que conviven, y, al no tener acceso a un suministro del exterior, tendríamos que salir todos a competir por el grano y no sólo sería complejo el suministro, sino que se encarecería el producto; si el día de hoy hay un tema inflacionario, en 2024 se vería delicadamente afectado y entonces no me quiero imaginar precios de la tortilla en 70 pesos”, sentencia.
Para hacer frentes a esto, la Cámara buscaría que se extienda el tiempo de la entrada en vigor del Decreto Presidencial.