Durante la 28 edición del Congreso de la Industria Nacional de Reuniones, el gremio se reunió para resolver una problemática: cómo hacer más notoria a una industria que concentra alrededor de 1.5% del Producto Interno Bruto, según estima el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).
¿De dónde viene el descontento? Por una parte, los empresarios que participan en la cadena de valor de la industria se sienten invisibles, sobre todo para las secretarías de turismo estatales, a las que señalan de no comprender su potencial económico.
“No le entienden al turismo de reuniones, y es importante porque todo lo que funciona en un evento tiene que ver con cada uno de ellos”, dijo Enrique Calderón, vicepresidente de operaciones de Grupo Posadas, en un foro de políticas públicas sobre la industria. “Ni siquiera se comparte la información porque compiten entre ellos. A este ritmo nos va a tomar cinco años tener un número importante de eventos”.
La industria de reuniones generaba unos 35,000 millones de dólares antes del covid-19, perdió alrededor de 60,000 millones de pesos a causa de la pandemia. Ahora, la recuperación se prevé hacia 2023, pero impulsar un crecimiento es otra historia.
“Lo que se derrama económicamente dentro de una reunión es económicamente muy diferente al turismo”, explica Alejandro Ramírez, presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (Comir). “Lo podemos ver con un congreso y ver lo que hay en un centro de convenciones: servicios alternos, de montaje, equipo visual, etcétera”.
Dado que esta industria es turismo, pero no realmente, los apoyos que considera necesarios para su crecimiento son muy particulares, y es donde ha topado con pared al no transmitir su urgencia a los legisladores.
Un ejemplo de ello es la tasa cero en la industria de reuniones, que si bien permite que los eventos que usan productos y servicios de importación estén libre de gravamen en cuanto al hospedaje, uso de recinto y equipo audiovisual, no es aplicable a todos, pues puede ser ejercido por un hotel, un recinto y una empresa internacional, pero no una empresa nacional.
“Eso genera una disyuntiva: un intermediario como nosotros, que estamos en la planeación de eventos, no podemos aplicarlo a menos que tengamos una representación internacional. Eso hay que trabajarlo”, dice Ramírez.
Teresa Solís, especialista en turismo y desarrollo regional de la consultora Deloitte, considera que la falta de comprensión de la industria es parte de lo que más afecta al gremio, sobre todo a la hora de generar cambios. “Cuesta trabajo lograr el apoyo de la autoridad, pero no porque no se quiera, sino porque no hay un entendimiento claro del impacto que está generando la industria de reuniones”.
Reuniones en la era del Zoom
Durante las primeras semanas de la pandemia las plataformas virtuales como Zoom, Google Meet y Microsoft Teams acapararon las pantallas de los dispositivos en el mundo, lo cual parecía condenar a la industria MICE a un destino poco favorable.
Pero no fue así. En el mundo, eventos como el Mobile World Congress, en Barcelona, e incluso una versión optimizada de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) se hicieron presentes durante 2021. En México, la punta de lanza para la industria –e incluso el turismo en general– fue la Cumbre Mundial de Turismo, celebrada en Cancún en abril de 2021.
Para Ramírez, el mercado se ha adaptado a una modalidad que parece que llegó para quedarse: la híbrida. Y la industria de reuniones no ha sido la excepción.
“Hoy en día tenemos claro que los procesos de capacitación, juntas de trabajo, se pueden hacer sin ningún problema en una plataforma, y puedes tenerlas a larga distancia. Pero el tema de reunir personas para tener un intercambio de ideas, y durante los breaks y recesos, la gente sale, convive, platica, al terminar tenemos reuniones y la gente sigue haciendo negocio. Eso no lo vas a hacer vía Zoom”, dice.
A la par, los trabajadores han tenido una ‘fatiga de Zoom’ en los últimos meses, según señala en un análisis Andrés Escandón, director regional para Latinoamérica y el Caribe de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA, por su sigla en inglés). “La tecnología para eventos digitales siempre ha existido; la pandemia la forzó para reuniones de asociaciones. Sin embargo, contrario a la creencia general, la tecnología está lejos de reemplazar a los eventos cara a cara”.