Grupo Salinas vendió alrededor de 5,000 unidades bajo este esquema en un primer año. Pero la crisis económica de 2009 tiró la torre de naipes. La empresa suspendió la comercialización de los autos FAW, entonces el proyecto de la planta se canceló, la promesa de los empleos se esfumó y el trato con Speedy finalizó.
En menos de una semana los logos de FAW desaparecieron de la cadena de tiendas Elektra, dejando a 5,000 compradores de los autos sin refacciones ni talleres que pudieran dar servicio a las unidades.
Créditos automotrices en México
Los tres modelos de FAW
Grupo Salinas eligió tres modelos de FAW para el mercado mexicano, el F1, F4 y F5, de diseño austero, que se ofrecían con motores pequeños que no superan los 100 hp. Los dos primeros no tienen bolsas de aire ni frenos con sistema antibloqueo ABS, mientras que el F5 sí cuenta con algunas asistencias.
F1 (hatchback y sedán)
Motor: 1.0 litros, 3 cilindros, 65hp y 66 lbs-pie
Seguridad: sin bolsas de aire ni frenos ABS.
Precio de 2008: 69,900 a 86,900 pesos
F4 (sedán)
Motor: 1.4 litros, 4 cilindros, 85hp y 82 lbs-pie
Seguridad: sin bolsas de aire ni frenos ABS.
Precio de 2008: 89,900 a 96,900 pesos
F5 (sedán y hatchback)
Motor: 1.5 litros, 4 cilindros, 101hp y 96 libs-pie
Seguridad: bolsas de aire y frenos ABS
Precio de 2008: 104,900 a 114,900 pesos
El F5, que se ofrecía tanto en carrocería tipo sedán como hatchback, tiene un motor marca Toyota de 1.5 litros, cuatro cilindros y 101 hp, que el fabricante japonés usó para su modelo Corolla a finales de los años 80.
Los medios especializados que entonces probaron los tres vehículos de FAW dijeron que el F5 era una “buena alternativa” frente al Nissan Tsuru, que justo en ese momento era el modelo más vendido en el mercado mexicano.
Los dos más pequeños recibieron duras críticas debido a sus "acabados sencillos" y "de baja calidad", y a la ausencia de elementos básicos de seguridad.
¿Y las refacciones?
Erick Sosa fue uno de los clientes que compraron modelos FAW hace una década. Él, un ingeniero civil, solía hacer reparaciones a sus modelos, "pero cuando vi la escasez de refacciones yo mismo vendí mis FAW”, cuenta.
Algunos vecinos, principalmente taxistas, que sabían que Sosa arreglaba sus propios autos le preguntaban constantemente sobre dónde podrían comprar las refacciones. “Yo lo vi como una oportunidad”, cuenta. Entonces contactó al corporativo de FAW en China para poder hacerse de refacciones. “Después de unos 1,000 correos que envié me contestaron”, dice.
Empezó a recibir un contenedor proveniente de China cada tres semanas, y aunque la mayoría de los modelos han sido desvalijados para ser vendidos por piezas, Sosa calcula que aún hay alrededor de 1,000 modelos FAW rodando en Guerrero, Veracruz, Estado de México y Ciudad de México, principalmente.
Casi 15 años después de la comercialización de estos modelos, Sosa dice que la falla más recurrente es en la suspensión. “Esta es la pieza más demandada. (Los modelos) no tienen la mejor suspensión del mundo y los caminos de México tampoco ayudan”, dice.
“Algunos otros modelos ya empiezan a requerir algunas refacciones para el motor y la transmisión, así como accesorios, como las manijas” añade.
Muchos de sus clientes los utilizan como “autos de bajo perfil''. “Hemos ido a arreglarlos a residencias en avenida Las Palmas o en Reforma (CDMX). Los clientes le meten 10,000 pesos a un carro que vale 20,000 y son felices”, dice. “Aunque fallan, nadie los roba”.