México consume alrededor de 40% de gasolina de la producción doméstica de la estatal Pemex, pero el precio de ésta se rige por la cotización internacional, y el resto se compra en el extranjero. En el mercado de importación desde la costa este de Estados Unidos -de donde México importa la mayoría de su combustible- los precios también han disminuido de manera drástica, según los datos de OPIS, una agencia de precios de Dow Jones.
Durante la segunda semana de agosto, el precio promedio del litro de gasolina se situó en 14.23 pesos por litro. El litro de este combustible tocó un precio máximo durante la primera semana de junio, de 21.40 pesos.
La baja en los precios ha sido impulsada por una disminución también en el precio del crudo, que subió a niveles casi máximos cuando inició el enfrentamiento en Europa del este, pero que se ha reducido en las últimas semanas a medida de que el temor por un desabastecimiento se aleja y ha aumentado la producción de petróleo.
El WTI cerró ayer lunes en 89.41 dólares por barril y el crudo Brent en 122.11 dólares por barril. Si bien ambas mezclas -las principales de referencia- no registran una tendencia de semanas con precios a la baja, su cotización está muy por debajo de lo visto a inicios de junio, cuando tocaron los 122.11 y 123.07 dólares por barril, respectivamente.
“Lo que está bajando los precios es que hay muchos indicadores económicos que están señalando que vamos a entrar a una crisis económica muy fuerte”, dice Alejandro Montufar, un analista y director de la consultora PetroIntelligence. “No es que estén bajando los precios porque haya mayor oferta o estemos en boom económico, sino todo lo contrario. Los productores y comercializadores están bajando el precio para vender rápido porque puede ser que después pocos quieran comprar”.
Los últimos precios de la gasolina también han sido influenciados por una baja en el consumo del combustible. Durante la primera semana de agosto, la venta de gasolina en Estados Unidos fue 5.9% más baja que durante el mismo periodo del año pasado. En una comparación con niveles prepandemia -de 2019- el consumo se sitúa 19% por debajo. “Los precios elevados sí han afectado la demanda”, dice Daniel Rodríguez, director asociado en OPIS.
¿Qué pasará en México?
En México, donde la política se ha enfocado en mantener los precios haciendo uso de los estímulos fiscales, la dinámica ha sido distinta y las últimas cifras de la Secretaría de Energía muestran que el consumo se encuentra en niveles similares a los vistos en 2019. En el país los incrementos en el precio al consumidor no han seguido la misma tendencia que en otros lugares del mundo, donde no se aplicaron medidas de apoyo desde la hacienda pública, aunque eso ha traído grandes gastos para las finanzas.
Los datos de la consultora PetroIntelligence indican que el 24 de febrero -el primer día de la guerra en Europa- el precio promedio de la gasolina regular en el país fue de 20.89 pesos por litro, mientras que ayer lunes cerró en 21.89 pesos, un aumento de 4.79%.
Pero la Secretaría de Hacienda ha quitado ya el estímulo complementario -que era pagado a los importadores de combustibles- a la gasolina regular y premium como resultado de la baja en el precio del crudo, y, por lo tanto, de los combustibles. También ha reducido el estímulo del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que pagan los consumidores por la gasolina, después de haberlo mantenido al menos cinco meses en 100%.
El descenso en los precios internacionales no se ha visto reflejado en el precio de venta al público en el país justo por las medidas que ha comenzado a levantar la Secretaría de Hacienda, que han hecho que la menor cotización internacional se compense con un aumento en la cantidad de impuestos que pagan los consumidores.
“¿Por qué el descenso en México no se ha visto reflejado en los precios al público? Porque el gobierno sacrificó recursos y ahora poco a poco irá repartiendo este ahorro entre el mismo gobierno para recuperar recaudación y el consumidor. Sí se espera que empecemos a ver nosotros mayores descensos tanto en México como en Estados Unidos, pero en México va a ser gradual porque el ahorro no se transmite inmediatamente al consumidor, sino que va a ser gradual y proporcionalmente como fue también el incremento”, explica Montufar.