Las cifras de la compañía no detallan si las importaciones desde la refinería se hicieron en el mercado spot -el mercado de comercio diario- o si son parte de contratos ya definidos. Las importaciones se han recibido vía marítima y terrestre.
México recibió su primer cargamento de gasolina desde Deer Park en abril del año pasado y de diésel durante los últimos días de enero pasado.
El volúmen de destilados, que incluye al diésel y a la turbosina, representa también una fracción aún mínima del total. El país, de acuerdo con las cifras, ha recibido 17,000 barriles diarios de estos hidrocarburos desde que se concretó la compra del complejo, alrededor del 10% del total de compras que hace en el extranjero.
Los envíos de combustibles a México representan también una parte mínima de la producción de Deer Park: poco más de 10% de la producción de gasolinas producidas en la refinería tendrían como destino el país. El complejo ubicado en Texas produce alrededor de 129,000 barriles diarios de gasolina, de acuerdo con las cifras de Pemex.
La petrolera ya ha reconocido que su plan de acabar con las importaciones de combustibles no podrá ser completado durante el actual sexenio. En su último plan de negocios dice que hacia 2027 el país aún importará 22% de la demanda de gasolinas o 5% si se toma en cuenta la producción de la refinería Deer Park. Pero las importaciones desde esta última avanzan a paso lento y muy lejos de los objetivos presidenciales. La estatal tampoco tiene asegurado el poder aumentar sus importaciones desde el complejo durante los últimos años, según fuentes.
La refinería de Deer Park, hasta hace poco propiedad de Shell, ya tenía contratos pactados con algunos compradores antes de la compra por parte del gobierno mexicano. Con la venta, la operación comercial del complejo continuaría de manera similar y con la condición de no interrumpir con sus obligaciones contractuales con otros jugadores del mercado.