La compañía, de acuerdo con su último reporte de sustentabilidad –publicado hace apenas unos días–, duplicó el gas que quema dentro de su su negocio de producción de crudo: durante 2021 quemó 423,543 millones de toneladas de metano, una cifra que prácticamente dobla los números reportados un año antes, de más de 216,000 toneladas.
Pemex quema el metano en sus instalaciones debido a “la falta de infraestructura para su aprovechamiento en los procesos de exploración y producción”, según explica la empresa en el documento. Al no aprovecharlo, envía gas a desfogue para quemar y entonces liberarlo en un forma de dióxido de carbono y otros gases. Una práctica que evita el envío directo del metano a la atmósfera, que sería aún más dañino en un corto plazo.
El alza en la quema de metano en 2021 podría explicarse principalmente desde la actividad en dos de los campos de la petrolera: Quesqui e Ixachi, dos activos ricos en gas, pero en donde Pemex ha privilegiado la extracción de condensados –un hidrocarburo muy ligero– y ha optado por quemar el gas al no contar con una manera de procesarlo.
La agencia Reuters dio a conocer hace unos meses que la estatal había desperdiciado gas por un valor de 342 millones de dólares en los últimos tres años cumplidos en agosto pasado. La compañía también fue señalada el año pasado tras la publicación de un estudio de la Agencia Espacial Europea que reveló que la estatal emitió 40,000 toneladas de metano en tan solo 17 días. Los ojos de los inversionistas y las agencias calificadoras se han volcado a la compañía y entonces las presiones han aumentado.
La compañía ha dicho en sus más recientes conferencias con analistas que ha logrado reducir las emisiones de metano en el último año. En su último reporte financiero, del tercer trimestre de 2022, asegura que han bajado 17% las emisiones del gas respecto a un año antes, pero los datos aún no han sido transparentados y podrían ser revelados hasta el año próximo.
Y a medida que suben las presiones, la petrolera ha aumentado sus compromisos sobre el tema. Hace unos meses, durante el año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la estatal invertirá 2,000 millones de dólares en reducir las emisiones de metano. El anuncio se dio después de múltiples visitas de John Kerry, el enviado especial de Estados Unidos para el clima, a México.
Las constantes presiones del país vecino han derivado en un cambio de discurso respecto a las energías renovables y la responsabilidad de Pemex en cuanto al cuidado del medio ambiente. Hace poco fue anunciada una colaboración entre la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y Pemex para diagnosticar, analizar y reducir las emisiones.
Pemex ha dicho que reducirá las emisiones de metano en 98% hacia 2024, un plazo muy corto y sin una estrategia que hasta ahora haya sido transparentada, aunque ha dado a conocer que construirá infraestructura en el campo Ixachi, de donde se emite la mayor cantidad de metano. Sus reportes hablan de que entre 2019 y 2022 ha invertido 1,057 millones de dólares en obras de aprovechamiento de gas y que en los dos próximos años se sumarán 2,718 millones.
