El resultado contrasta con las pérdidas que la estatal reportó en Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI), la filial de la compañía que agrupa el negocio de refinación, importación y transportación de combustibles y en la que se ha puesto principal empeño durante el sexenio como parte de la búsqueda de autosuficiencia energética impulsada desde presidencia.
Pemex TRI cerró el año con pérdidas por 177,528 millones de pesos, una cifra que está en línea con los resultados presentados de manera previa. Este resultado se ha dado pese a los precios récord que se han registrado en la mayoría de los productos derivados del petróleo y que ha hecho a las grandes compañías de refinación lograr grandes ganancias.
Así, Deer Park se ha convertido en una fuente de ingresos para la petrolera, mientras que el resto del negocio de refinación sólo reporta pérdidas, que se han incrementado de manera significativa durante el sexenio.
Los resultados de Deer Park son mucho mejores a los de Pemex TRI, pese a que los ingresos de la primera son una quinta parte de las ventas del negocio. Los analistas refieren a la eficiencia y utilización de los complejos como la gran diferencia entre Deer Park y el resto de las refinerías de la estatal. La refinería en Texas opera al 78.5% de su capacidad, mientras que el sistema nacional de refinación –que agrupa los seis complejos– lo hace a menos del 50%.
“A medida en que crece la producción [en las seis refinerías de Pemex] también sus pérdidas incrementan”, dice Víctor Gómez Ayala, un analista del sector. La administración de Pemex ha dicho en su último reporte que en los seis complejos se procesaron en el año un promedio de 838,000 barriles al día, la cantidad más alta desde 2016, según los registros. Pero el plan de aumentar las cifras de crudo que ingresan a los complejos de refinación no ha resultado en una buena estrategia para la compañía: la producción de gasolina y de otros petrolíferos de alto valor es mínima. Y ahí radica el éxito de la operación de Deer Park.
Del crudo que Pemex ingresa a sus seis refinerías, sólo el 32% se convierte en gasolina y un 30% en combustóleo, un subproducto de la refinación que Pemex obtiene debido a la ineficiencia de sus complejos y tiene poco valor en el mercado. A diferencia, Deer Park produce del petróleo que entra a proceso, 45% gasolina y menos de 2% de combustóleo.
Deer Park también está libre de algunos costos que sí tiene la filial de Pemex TRI. Por ejemplo, el año pasado reportó un costo de beneficios a empleados por 52,591 millones de pesos, la más alta de las subsidiarias de la compañía.
El director general de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, dijo hace unas semanas que la estatal busca replicar el modelo de negocio de Deer Park en el resto de refinerías. Pero el estado actual de los seis complejos de la compañía podrían dificultar los planes de la administración de Pemex.
“Mientras más le exiges a un negocio que depende de depende de una capacidad instalada, más se vuelve ineficiente. La forma en que opera Deer Park es completamente distinta”, concluye Gómez Ayala.