Los horarios recortados nuevamente provinieron principalmente de la operación de Aeroméxico, que tendrá 17% menos slots que el año pasado, y que contribuirá con casi la mitad del ajuste.
De manera similar, la salida del mercado de Aeromar liberó más de 9,000 slots tomando en cuenta lo que se le otorgó en el verano de 2022, con lo cual aportó 18% de la reducción de franjas horarias. La aerolínea regional –que anunció el cese definitivo de sus operaciones el pasado 15 de febrero– era la cuarta mayor empresa en términos de slots en el AICM, una posición que ya pasó a ocupar la estadounidense American Airlines.
Otro segmento que abonó al recorte de franjas horarias fue el de carga aérea, que, por decreto presidencial, tendrá hasta inicios de julio para reubicar sus operaciones con el objetivo de aliviar la saturación del aeropuerto.
Tanto a Viva Aerobus como a Volaris –que ocupan la segunda y tercera posición en el AICM en términos de slots, respectivamente– se les aplicó una reducción de 13% en las franjas horarias.
La asignación de slots va en línea con el decreto enviado por el presidente Andrés Manuel López Obrador a inicios de año, pues no sólo le fueron recortadas las franjas horarias a todas las aerolíneas, sino que también se ofrecieron espacios hasta máximo el 7 de julio; es decir, ninguna carguera tiene asignados espacios después de esa fecha.
A diferencia del recorte de la temporada de invierno de 2022, en esta ocasión no hubo un incremento de franjas horarias para muchas aerolíneas.
De hecho, sólo Volaris Costa Rica, Avianca El Salvador –a través de la extinta TACA– y Turkish Airlines tuvieron un incremento de horarios. Mientras, otras como la japonesa All Nippon Airways, la panameña British Airways y la española Iberia, se quedaron con la misma asignación del verano de 2022.